Evaristo Torres Olivas
jueves, 2 de julio de 2020
Encastarse, incrustarse y enquistarse
He leído varias veces la entrevista a Maru Díaz que publicó
Heraldo de Aragón el pasado 29 de junio. Me ha sorprendido ingratamente, si se
me permite la expresión, comprobar cómo los podemitas han pasado en muy poco
tiempo de ser unos enemigos de la casta a formar parte de ella. Podemos se ha
encastado y se ha incrustado y enquistado en las instituciones. Maru Díaz, la
mueva coordinadora del partido en Aragón y consejera del Gobierno aragonés, se
ha olvidado pronto de su condición de filósofa para adoptar el estilo, las
formas y la demagogia de los partidos que tanto criticaban los suyos. Si a
partir del 15-M, se desgañitaban gritando que los políticos de los partidos
tradicionales “no nos representan”, en poco tiempo abandonaron el “dije digo” y
se apuntaron al “digo Diego”. Maru Díaz ha olvidado muy pronto la precisión
conceptual y la claridad de exposición de los filósofos para adoptar el método
enrevesado, manipulador y demagógico de los políticos mediocres. Recurre a las
mismas expresiones gastadas y clichés como “poner en valor”, “referente” y “referencialidad”;
palabras inexistentes o tan gastadas que ya nada significan. Cuando le preguntan qué ha pasado para
evolucionar de “errejonista confesa a candidata oficialista”, responde con la simpleza—o
desfachatez— de que “han pasado cuatro años”. Donde dije Errejón digo Iglesias
y me quedo tan ancha. Con la misma insoportable
levedad o ligereza, responde a otras preguntas sobre las heridas abiertas en
Podemos: “Tenemos que conseguir que todo el mundo se sienta cómodo. La
militancia ha hablado”. Su capacidad de análisis es tan baja o la de manipulación
tan alta que no duda en afirmar que “detrás de las críticas al 8-M hay un
ejercicio de machismo encubierto”, cuando la oposición al Gobierno durante la
crisis por la covid-19 hubiera criticado igualmente el Primero de Mayo o
cualquier otra manifestación que se hubiera celebrado, porque el objetivo es
desgastar al que manda. Para machistas, las alusiones, en su día, de Echenique
a Dominga o de Pablo Iglesias a la periodista Montero. Con filósofas como Maru Díaz
habría que dar la razón a quien afirmó que “la filosofía sirve para complicar
las cosas que todo el mundo sabe”. Pero en Aragón la hemos hecho nada menos que
consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento. "No nos
representan". "Que se vayan".
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Sin pelos en la lengua
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