“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 17 de junio de 2020

El grumete Diabolín y el capitán Serafín

Publicado en Diario de Teruel 18/06/2010
“Hay que profesionalizar la gestión sanitaria. En Teruel, Hospital de Teruel es la mayor empresa de la provincia de Teruel, 827 trabajadores; y la dirige alguien con muy poquita capacidad, un médico que llega y le ponen. Pero es que la empresa sanitaria española, de sanidad pública, es una empresa que tiene 331 000 trabajadores de altísima cualificación, de los cuales son 150 000 médicos. Y tienen que estar dirigidos por gente muy cualificada”. Lo anterior es una cita textual de lo que dijo Manuel Gimeno, de Teruel Existe, en su comparecencia en el Congreso. Tiene toda la razón. En cualquier organización, ya sea un hospital, una fábrica de muebles o un club de pesca submarina, quien la dirige ha de estar más preparado y ha de tener más experiencia en gestión que el resto de los miembros o empleados. No puede ser que pongan a alguien con “muy poquita capacidad”, como dice el doctor Gimeno. En las empresas privadas no colocan a un pardillo a dirigirla sino a hombres y mujeres con una sólida formación y una dilatada experiencia. En la política no es así. ¿Ejemplos? A espuertas. En todos los partidos, en todas las administraciones, en todas las épocas y en todos los campos. Un electricista de UGT puede ser ministro del Interior: José Luis Corcuera. Una funcionaria de la escala administrativa puede ser ministra de Sanidad: Celia Villalobos. Una licenciada en Filosofía sin ninguna experiencia laboral puede ser consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento: Maru Díaz. Y se podrían citar cientos de casos en diputaciones, comarcas y organismos públicos. Personas elegidas a dedo en puestos para los que no están capacitadas. Y las consecuencias son varias y ninguna buena. En primer lugar, logran la desmotivación de los empleados mucho más competentes que reciben órdenes de alguien que no está preparado para darlas. En segundo lugar, la posibilidad de cometer errores al tomar decisiones sin tener los conocimientos necesarios. Si el elegido o la elegida tiene dos dedos de frente, dejará que los problemas los solucionen y las decisiones las tomen personas que dependen de él o de ella, con lo cual se incurre en el gasto de pagar a alguien por no aportar nada. Manuel Gimeno, con 47 años de experiencia en la sanidad pública sabe muy bien de qué habla. No se puede poner al grumete Diabolín a pilotar el barco y a darle instrucciones al capitán Serafín.
Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Profesor dijo...

Te ha faltado nombrar otro caso.
Si eres la pareja del vicepresidente te pongo de ministra, me imagino la conversación:
"El: ¿quieres ser ministra?
Ella:¿ministra de qué?.
El: de lo que tu quieras, elige un ministerio.
Ella: quiero ser ministra de igualdad.
El: ese no existe, pero no lo inventamos.