Evaristo Torres Olivas
lunes, 21 de octubre de 2019
Lo que podría ser y no será
Para que los partidos dejaran de ser oficinas de colocación
de familiares, amigos, conocidos y aduladores; para que los políticos
estuvieran capacitados para cumplir con aprovechamiento las responsabilidades
de su cargo; para que su paso por la política no fuera su única actividad hasta
la jubilación; para ser un país más justo, más democrático y más próspero. Para
todo eso se necesitaría tomar algunas decisiones que nunca tomarán los que
deberían tomarlas. Los políticos pueden subir o bajar el salario y las
pensiones de los trabajadores, pueden ampliar derechos o reducirlos a los
ciudadanos, pueden regular o desregular el acceso a la función pública. Pero
nunca bajarán sus salarios, nunca recortarán sus derechos y jamás permitirán
que nadie regule sus designaciones a dedo. En eso todos los partidos están de
acuerdo. En asuntos de su salario, su trabajo y su pensión no hay ideología que
valga: son una piña. Pero no por eso voy a dejar de exponer mi propuesta. La
primera medida que habría que tomar sería reducir el número de políticos a la
mitad. En segundo lugar, eliminar las listas cerradas. La tercera decisión
consistiría en obligarles a superar un examen que evalúe su idoneidad para el
cargo. Si para conducir un coche se necesita superar una prueba y si para
impartir clases en un colegio y en una universidad públicos se precisa superar
una oposición, ¿por qué no se ha de hacer lo mismo para acceder a un puesto de responsabilidad en las instituciones públicas?
¿Y qué deberían saber los políticos? Conocer la Constitución al dedillo,
saber algo de leyes, de administración pública, nociones de economía, hablar y
escribir correctamente y no mucho y sin sustancia. Si han de tener personas a
su cargo, demostrar que se tienen aptitudes para motivar, pactar, dar ejemplo,
emocionar. Y como pasa en cualquier profesión, actualizar conocimientos periódicamente.
Con estas sencillas propuestas, nos ahorraríamos mucho dinero, tendríamos unos representantes
más eficientes y la política y los políticos no estarían tan mal considerados
por los ciudadanos. Desgraciadamente, a un gran número de políticos, el bien
común les importa un bledo.
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Sin pelos en la lengua
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1 comentario:
Con lo que has propuesto para poder ser político, desparecerían de la faz de España. Por cierto, da igual listas cerradas que abiertas ya que en Italia se estableció y la variación del resultado no superó el 3 % . Antonio Garcia-Trevijano explica perfectamente lo que tenemos en España. En Youtube se puede consultar. Saludos
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