La discreción del PSOE

El mismo día en que se exhumaba a Franco, Pedro Sánchez ha visitado el monumento a las Trece Rosas para depositar trece rosas, valga la redundancia. Informa la prensa que la ofrenda se ha realizado con total discreción en el cementerio, donde no se ha visto ningún visitante cerca. Visitantes no habría, pero fotógrafo y camarógrafo sí, porque tanto las fotos como los videos se han difundido por todos los medios. Por lo visto, la consigna del PSOE era que en toda España se hicieran actos similares. En Teruel, oh casualidad, se reunieron también con total discreción los candidatos al Congreso y al Senado, avisando solo a los fotógrafos. Y la discreción era tanta que también lo publica el Diario de Teruel de hoy. Las declaraciones del Herminio Sancho, cabeza de lista al Congreso, demuestran que ni natura ni Salamanca le han dotado de elocuencia y del sentido de la oportunidad. Con respecto a la exhumación de Franco ha afirmado que “es un paso más y cada uno estará en el sitio que se merece”.  Por lo visto, Franco se merece estar en una lujosa cripta, pagada por el Estado y con todos los gastos de traslado también a cargo del contribuyente, y los asesinados en una fosa común como en Caudé, en el mejor de los casos.  Pero donde don Herminio alcanza las más altas cumbres de la oratoria es cuando afirma que “la reconciliación se tiene que hacer desde el minuto cero con respeto a todo, a unos y a otros, y eso es lo que ha sucedido hoy y cada uno tenemos que estar en el sitio que nos pertenece, en el sitio que merecemos, y cada uno seremos responsables de lo que hagamos y de lo que digamos”.  La expresión “el minuto cero con respeto a todo”, el todo y la nada juntos, merece figurar en lugar destacado en la antología de las sandeces pronunciadas por los políticos. En definitiva, como hay elecciones, lo que toca es desenterrar al dictador y colocar rosas en los monumentos a los fusilados con la discreción máxima para que se enteren todos los periódicos, radios, televisiones y redes sociales. Utilizar a los fusilados con fines electoralistas es repugnante, pero cuando se trata de pelear por los escaños no se pueden tener escrúpulos ni reparos éticos, piensan. El fin, asegurarse la paga durante cuatro años, justifica los medios.

Evaristo Torres Olivas