Otra vuelta de tuerca

Se acercan las elecciones y hay que poner en marcha la máquina de contar mentiras, recuperar un relato basado en lugares comunes y frases hechas, inundar los medios y las redes con paja y serrín. El PSOE de Teruel ha sido el primero en darle a la tecla de inicio del ventilador.  Con la excusa de homenajear a los alcaldes y concejales socialistas de la provincia, han celebrado un encuentro en Teruel con el único propósito de hacerse la foto de familia, publicarla en los medios, entre ellos el Diario de Teruel que le dedica dos páginas en la edición del domingo 23 de diciembre, y contar lo mismo de siempre: que el PP tiene la culpa de todo y que gracias al PSOE tenemos prosperidad. “No hay que bajar la guardia”, dice Mayte Pérez, y añade que hay que agradecer a Lambán que haya sabido “coger el toro por los cuernos”. “Hay que sustituir el preocuparnos por el ocuparnos”, añade otro alcalde socialista, una afirmación tan original que no hay político que no la repita un millón de veces cuando no sabe qué decir. “Entre todos hemos dado una vuelta de tuerca”, sentencia el alcalde de Bronchales. No sabemos si es un admirador de la novela de Henry James o un nostálgico del garrote vil. A mí me recuerda al chiste de Franco que se dirige al pueblo y dice: “Estábamos al borde del precipicio y hemos dado un paso adelante”. Pero la guinda, el cenit de la manipulación, el primer premio de la operación triunfo del PSOE lo pone otra vez, cómo no, la inefable Mayte Pérez: “No es fácil ser alcalde, hace falta vocación de servicio, trabajar sin horarios ni honorarios y plantar cara a los problemas”. Que se lo pregunten a Vicente Guillén,  Antonio Arrufat, José Luis López, Ángel Gracia, Manuel Rando, Julia Vicente, Antonio del Río y otros muchos que han sido o son alcaldes y que, como todos sabemos, no solamente no han cobrado un euro de la política sino que seguramente habrán puesto dinero de su bolsillo. O a la propia Mayte Pérez, que lleva muchas legislaturas sin horarios y viviendo de los ahorros del cerdito de la hucha. Creo que eligieron mal el día para decir esas cosas: habría sido más apropiado el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes.

Evaristo Torres Olivas