“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 3 de diciembre de 2018

La demagogia de Pablo Echenique Robba

Publicado en Diario de Teruel 3/12/2018
Publicado en Heraldo de Aragón 3/12/2018
Escribe Pablo Echenique en su cuenta de Twitter: “Juan Carlos I, rey emérito de mi país, charlando afablemente con Mohamed bin Salman, príncipe heredero saudí a quien la CIA acusa de haber ordenado el asesinato y descuartizamiento del periodista Khashoggi. Hoy. En Abu Dabi. Esto sí que es humillar a España y a los españoles”. Y pega una foto en la que aparecen Juan Carlos y el príncipe saudí. Me propongo demostrar en las siguientes líneas que es un demagogo. Echenique, que nació en Argentina, de padres argentinos, quiere afirmar su españolidad; supongo que si viaja a Argentina resaltará su argentinidad. Según convenga a sus intereses, como Manuel Valls que puede ser francés, catalán o español según el puesto al que aspire. En segundo lugar, no sé cómo de una foto fija se puede afirmar que dos personas están charlando afablemente. Las fotos no hablan y, por consiguiente, también se podría decir que se están insultando diplomáticamente o que se miran sin decirse nada. Finalmente, no sé por qué esa foto supone una humillación a España y a los españoles. En todo caso será una humillación para quien aparece en ella. Yo no me siento humillado por los actos que cometen los reyes, eméritos o reinantes, los políticos imbéciles o los que ponen los pies encima de la mesa en las Azores. Tampoco por los que como Echenique son elegidos para un puesto, lo abandonan al poco tiempo y se presentan a otro y lo vuelven a abandonar. Ni siquiera me siento humillado porque Echenique fuera neoliberal, partidario de la invasión de Irak que supuso la escabechina de miles de mujeres, hombres y niños. Ni tampoco de que el alcalde de Cádiz, Kichi, de Podemos, se declare pacifista y apoye la construcción de corbetas para una dictadura que revienta autobuses cargados de pasajeros, entre ellos niños.  Pero sí me sentiría responsable y avergonzado si votara a personas que ayer fueron una cosa, hoy la contraria y mañana ni se sabe. Igual le da a Echenique por presentarse al puesto de alcalde de Rosario, de la provincia de Santa Fe, por el Partido Popular de la Reconstrucción, aparece en una foto “charlando afablemente” con algún dictador de la región, afirmando su argentinidad. En eso consiste la demagogia, en manipular la información para ponerla al servicio de la propia ambición política.

Evaristo Torres Olivas

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