Evaristo Torres Olivas
martes, 27 de noviembre de 2018
Políticos sin formación ni experiencia
Una carta que publica el suplemento
XLSemanal de la edición dominical de Heraldo de Aragón del 25 de noviembre me
ha reafirmado en mi opinión de que la política está llena de personas mediocres
para unas cosas y unos linces para otras. Tontos-listos los llama el autor. Los
pillos ignorantes como los denomina Lorenzo Silva, responsable de la sección de
cartas de ese suplemento. Son personas no muy espabiladas intelectualmente, que
rellenan y adornan el currículum académico como pueden porque apenas han estudiado nada, que tienen una conversación
superficial, plagada de generalizaciones y frases hechas: como no podría ser de
otra manera, no hacerse trampas al solitario, seremos un referente y pondremos
a esta tierra en el mapa, queremos gobernar para la mayoría, etc.; que tienen
una experiencia previa a la política inexistente o que nada tiene que ver con
el cargo político que desempeñan. Pero, por otra parte, poseen una
extraordinaria habilidad para prosperar dentro del partido, eliminar a los
adversarios, crear camarillas que les apoyan y perpetuarse en la ocupación de
puestos políticos bien retribuidos. Sin ir más lejos, aquí en Teruel hemos
tenido y tenemos a hombres y mujeres que sin apenas formación ni experiencia recorren
las instituciones. Una misma persona puede ser jefe de gabinete una
legislatura, diputado nacional a la siguiente, senador cuatro años más tarde,
diputado autonómico y consejero después. Se puede ser directora general de la
vivienda, diputada, concejala del ayuntamiento de la capital, consejera de
Educación sin tener ningún título ni experiencia previa relacionada ni con la
vivienda ni con la educación. Se puede pasar de ser diputada autonómica a
presidir una diputación o a ocupar el puesto de senadora sin haber gestionado nada
anteriormente. Y siempre son los mismos: presumen de tener muchos militantes en
su partido pero siempre se presentan ellos, los menos cualificados, a todos los
puestos de relevancia y bien remunerados. Y para eso no sirve cualquiera, se necesita inteligencia, falta de escrúpulos
y capacidad de manipulación, poner el interés personal por encima de bien
común. Ser unos linces. No pueden dejar la política porque supondría volver al
paro o a puestos de poca relevancia y bajo salario. Y ahí seguirán hasta la
jubilación para cobrar la pensión máxima. Para archivar papeles en una empresa
exigen una licenciatura, inglés fluido y experiencia mínima de tres años. Para
ser alcalde de una ciudad, presidente de una diputación o consejera de
Educación, solo saber leer y escribir, aunque sea mal.
Etiquetas:
Sin pelos en la lengua
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario