“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 14 de noviembre de 2018

La libertad de expresión

Publicado en Diario de Teruel 16/11/2018
Publicado en Heraldo de Aragón 18/11/2018
Si por escribir unos ripios machistas contra Irene Montero en una revista judicial le va a costar al autor 50 000 euros, me pregunto cuánto tendrían que desembolsar otros autores de chistes, sandeces y ocurrencias. Admitamos que decirle a la señora Montero que está donde está por ser la pareja del secretario general es sexista y atenta contra la dignidad de las mujeres. Restañar esa ofensa cuesta 50 000 euros. Cuánto habría que pagar por gritar “¡muerte a los borbones!”, “un pistoletazo en la frente de tu jefe está justificado o siempre queda esperar a que le secuestre algún GRAPO”, "mataría a Esperanza Aguirre, pero antes, le haría ver cómo su hijo vive entre ratas”. O por contar este chiste: "Cómo meterías a cinco millones de judíos en un 600? En el cenicero". Habremos de reconocer que cualquiera de esas barbaridades es mucho más grave que la ofensa a la señora Montero. Incluso me atrevería a decir que cantar el “chúpame la minga, Dominga” de Echenique es más denigrante, más machista, más sexista y más asqueroso que el poema en el que se insulta a Irene Montero. Sin embargo, por monstruosas y aberrantes que parezcan todas estas manifestaciones, yo creo que no deberían costarles un euro ni un día de cárcel a sus autores. La libertad de expresión debe permitir la libre circulación de las ideas, aunque sean basura. Lo que se debe castigar es lo que se hace, no lo que se dice. A mí, manifestaciones como las anteriores me sirven para conocer el pensamiento de la asociación judicial Francisco de Vitoria, no asistir a ningún concierto de gente tan violenta como Pablo Hasél o Valtonyc, no votar nunca una lista en la que aparezca un tal Guillermo Zapata y desconfiar de políticos como Echenique, que escribe en las redes sociales: “Atentos al "poema" asqueroso que publica la asociación de jueces Francisco de Vitoria en su revista… qué tipo de neandertales puede poner el sistema a juzgar a los asesinos machistas en nuestro país”. Y sin embargo, Echenique  no entendería que muchos ciudadanos pensaran que en Podemos hay trogloditas que en sus reuniones  hablan de domingas, mingas y chupar sustancias y que el sistema permita que un día puedan gobernar este país. A mí las sandeces de toda esta gente me sirven para descartar a los que no me gustan.
Evaristo Torres Olivas

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