La vicepresidenta Carmen Calvo
quiere regular la libertad de expresión. Y cuando los políticos meten las
narices en lo que se puede o no decir, el resultado, más que regular, es
tirando a malo, por no decir desastroso. No es buena idea que el zorro se ponga
a ordenar el gallinero. Ordenar la libertad de expresión, para los políticos
significa que solamente ellos pueden manipular, mentir y distorsionar. La
historia de TVE y de las televisiones autonómicas es un claro ejemplo de lo que
significa la libertad de expresión para los partidos que han gobernado. El mejor antídoto contra las
falsas noticias, la ocultación de información y la manipulación no es la
regulación ni la prohibición sino la formación. Al ciudadano formado no se la dan con queso. Ni la prensa,
ni la radio, ni la televisión, ni los políticos. Hoy, los jóvenes manejan las
nuevas tecnologías con unos conocimientos y una soltura asombrosos. Agregan,
borran, envían, reenvían, tuitean, etiquetan, cuelgan en Facebook, en Instagram,
en Telegram, en Skype o en Whatsapp lo que les da la gana con solo mover dos
dedos sobre el teclado del móvil. Son muy competentes en el manejo de los
aparatitos y las aplicaciones. Sin embargo, no lo son tanto en otra parte mucho de
importante: los contenidos que envían, reenvían, tuitean, etiquetan y cuelgan.
Muchas veces no distinguen entre información y desinformación, verdad y
mentira. Verificar las fuentes y contrastar las noticias no es algo que les
parezca ni necesario ni importante. Lo que de verdad cuenta es el número de “me
gusta”, comentarios, emoticones, GIFs, peticiones de amistad y si la ocurrencia
se convierte en “trending topic”. Lo que tanto la vicepresidenta Calvo, la
ministra de Educación Celaá, el presidente Sánchez y todo los demás ministros y
ministras deberían proponer es la presencia en las escuelas e institutos de una
asignatura que se llamara Alfabetización informacional. Para evitar que nos den
gato por liebre, verdades alternativas por verdades de verdad, vengan de donde
vengan, ya sea de los medios de información tradicionales, de las redes, o de los
ventiladores de esparcir propaganda de los partidos políticos.
martes, 30 de octubre de 2018
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