Evaristo Torres Olivas
martes, 18 de septiembre de 2018
Escopetas de feria
"El Gobierno sabe que lo que está vendiendo son láser
de alta precisión y, por tanto, no se van a equivocar matando a yemeníes".
Así se ha expresado la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá. Duro empleo el de
portavoz cuando le caen marrones como el de justificar la venta de 400 bombas
al gobierno absolutista de Arabia Saudí. Alguna explicación han de dar, pero se
supone que esta gente tiene al menos la enseñanza obligatoria y dos dedos de
frente para elaborar una respuesta más convincente. El contrato con los
sauditas no especifica el uso que se ha de dar a las bombas, con lo que podrán
hacer con ellas lo que les dé la gana. Y que sean de alta precisión facilita
mucho no equivocarse si eligen darle a los yemeníes. Las escopetas de feria, fabricadas
para que no tengan ninguna precisión y así permitir que el feriante gane alguna
perra, consiguen que le pegues a todo menos a lo que apuntas, el palillo que
sostiene el osito que le quieres regalar a tu hijo. Las explicaciones de la
ministra y portavoz contienen además otra perversión: supongamos que las bombas
no se van a utilizar para matar a yemeníes sino a chinos o iraníes, por
ejemplo, ya que por ser de alta precisión permiten elegir a las víctimas. ¿Eso
serviría para justificar la venta y tranquilizar nuestras conciencias? Seguramente,
la portavoz lo razonaría diciendo que sobran chinos en este mundo y que
desaparezcan unos cuantos miles ni se notará. En cuanto a los iraníes, hay tres
por cada yemení, por lo que es tres veces menos grave matar a una persona de
Persia que de Yemen. En definitiva, la señora Celaá podría argumentar que de lo
que se trata es de buscar el equilibrio, al igual que sucede con la caza. Si
hay un exceso de ciervos, faltan lobos y sobran conejos a espuertas, habrá que
aumentar los cupos de caza y proporcionar a los cazadores escopetas con láser
de alta precisión, para evitar que apunten al conejo y se carguen al lobo, como
pasa con las escopetas de feria. Eso sí, habría que evitar la palabra matar,
que es muy fea, y sustituirla por optimizar, equilibrar, nivelar y ajustar las
poblaciones de chinos, iraníes, yemeníes, etc. Y todo con las herramientas de
alta precisión que la tecnología nos brinda.
Etiquetas:
Sin pelos en la lengua
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario