“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 17 de julio de 2018

Agricultor, diputado y secretario general: uno y trino

Alguien debería explicarle a don Nacho Escartín,  agricultor ecológico, diputado en las Cortes y secretario general de Podemos Aragón—así firma su artículo del pasado día 12 en Diario de Teruel— que las cacofonías y los pleonasmos no ayudan a entender sus ya de por sí confusas y demagógicas afirmaciones sobre la PAC. Sentenciar, entre otras muchas perlas, que “desde Podemos defendemos las oportunidades para nuestros pueblos” o que el de agricultor “es el oficio más bonito y digno del mundo” son expresiones comodín, de relleno, que todo el mundo subscribe y que a nada comprometen. Que defienden las oportunidades para sus pueblos lo dice desde la extrema derecha a la extrema izquierda, el centroizquierda y el centroderecha; y lo de oficio más bonito y digno del mundo lo pueden reivindicar el enfermero, la médica, la comadrona, el poeta, la pianista, el maestro y doscientos más. Pocos se salvarían de no ser los más bonitos: el de comisionista del tres por ciento, el de Urdangarin, el de corrupto y el de los que llevan la contabilidad B de los partidos políticos. Pero a lo que íbamos, la cacofonía y el pleonasmo. Nos cuenta el señor Escartín, que es uno y trino, o tres en uno,  que se reunieron decenas de representantes de Podemos, entre ellos “experimentados expertos”, para hablar de la PAC. Además de cacofónica, esa expresión es redundante. Una persona sin experiencia en cualquier campo del saber no es un experto sino un aficionado, un aprendiz, un novato. Igualmente reiterativas serían los círculos redondos, los trabajos manuales hechos a mano, las hemorragias de sangre, las exportaciones a otros países, las madres maternales, los pares de gemelos, los portazos a las puertas, las sonrisas en los labios, los vendavales de viento, las pelucas postizas, los gatos felinos, las bajadas abajo y las subidas arriba. Lo que no sería redundante ni reiterativo sería pedir que nos representaran políticos experimentados y honrados. No sería necesario que fueran trinitarios como el señor Escartín, pues, como dice el refranero, aprendiz de mucho, maestro de nada o quien mucho abarca, poco aprieta.

Evaristo Torres Olivas

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