“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 16 de julio de 2018

Carne de cañón

Llama la atención la religiosidad y el patriotismo de los estadounidenses. Muy fingidos, en mi opinión. No hay un solo presidente o aspirante a serlo que no nombre a Dios media docena de veces en sus discursos y no dé las gracias a los soldados por servir a la patria. Y lo mismo sucede en la mayoría de la prensa y las televisiones.  A pocos famosos se les escucha decir que no son creyentes y a muy pocos se les ocurre criticar la agresividad militar de los Estados Unidos. Pero si hay algo que me produce todavía más asombro es escuchar en un video de YouTube a un inmigrante que se alista en el ejército de los Estados Unidos, lo mandan a Irak, le vuelan una pierna y declara: “Me llamo Sal González, mis padres son inmigrantes, este es un gran país, la gente ha de levantarse y luchar por él”. El artillero González iba en un coche patrulla y al pasar por una rotonda, ¡bum! Y ahora es miembro de una asociación, Wounded Warrior Project (Proyecto Guerrero Herido) y se dedica a darles charlas a los soldados heridos como él. Queda muy bonito y muy patriótico, pero uno se pregunta si de verdad un inmigrante se alista como voluntario al ejército de un país que no es el suyo por patriotismo o si es por pura necesitad. A los negros y a las minorías étnicas les han negado durante muchos años los derechos más elementales, pero no la obligación de ir a todas las guerras a que les frían a tiros en nombre de la libertad y el progreso. Siempre son los más pobres y los más desgraciados a los que colocan en primera línea de fuego y en los nidos de ametralladoras, tal vez por una interpretación torticera de las palabras bíblicas de que los últimos serán los primeros y que muchos son los llamados y pocos los elegidos. Elegidos para morir los primeros, o para que vuelvas al país que no es el tuyo, sin una pierna, sin un brazo o el cerebro hecho trizas, te den una medalla y el presidente del país te de las gracias y te diga que gracias a ti el mundo es un lugar más seguro. Es decir, la mismas palabras que otro presidente le dirige a quien te ha destrozado a ti la pierna o le has arrancado tú el brazo. Qué jodido es ser pobre, negro o inmigrante. Carne de cañón.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que describes se llama: "la existencia de clases sociales y sus terribles implicaciones... para la gente pobre".