“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 4 de junio de 2018

Los despellejados y los desplumados

Son muchos los políticos que prometen dejarse la piel por nosotros si los elegimos. Mayte Pérez, nuestra consejera de Educación, es de las que más piel se ha arrancado por nosotros (ver a partir del minuto 3:00) si hemos de dar crédito a sus palabras durante los mítines de campaña. Pablo Iglesias también dice que se dejará jirones de piel cuando sea presidente. La andaluza Teresa Rodríguez afirma que está sacrificando los mejores años de su vida y las mejores horas del día a salvarnos a los de abajo de las garras de los de arriba. Y se podrían poner muchos otros ejemplos de políticos que, de boquilla, se dejan la piel y se sacrifican por la humanidad. Pero solo de palabra. Son los mesías de chichinabo. Para darse cuenta de que es todo una farsa y una mentira, basta con revisar su trayectoria antes, durante y después del ejercicio de la política y comprobar en qué ha consistido su desprendimiento de piel y su crucifixión para salvarnos. Y no me refiero solamente a Felipe González, que del traje de pana, la tortilla de patata en el campo, y la casa en un barrio obrero, pasó a los trajes a medida de lana de oveja merina, chalets en urbanizaciones de lujo y cenas en restaurantes de muchos tenedores junto a sus amigos de la lista Forbes de los más ricos del mundo. También incluyo a nuestros políticos aragoneses: Marcelino Iglesias, Eva Almunia y consorte, Luisa Fernanda Rudi, Javier Velasco, Adolfo Barrena, Mayte Pérez, Manuel Blasco, Carmen Pobo. Comparen sus pensiones, sus casas y su tren de vida con el de sus representados o simplemente con el de sus compañeros de profesión antes de dedicarse a la política. Y si nos fijamos en los Zaplana y en todos los beneficiados por la trama Gürtel, en los expedientes de regulación de empleo de Andalucía,  o en el feudo de Mariví en La Muela, nos daremos cuenta de que más que sacrificar sus mejores años y dejarse la piel por nosotros, lo que han hecho muchos políticos ha sido desplumarnos. Los políticos, por regla general, se exponen poco al polvo, viento, niebla y sol y se compran buenas cremas para cuidar su piel. Bueno, no todos ni todas, algunos y algunas las roban.

Evaristo Torres Olivas

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