“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 17 de mayo de 2018

Sorber y soplar

Entender a los políticos es complicado. Tal vez haya que cursar un máster, siempre que no sea como el de Cifuentes. O crear un centro de interpretación de los políticos,  al igual que existe el del azafrán, el pinar de rodeno o la minería. Se convoca una manifestación en Zaragoza y  Diario de Teruel publica este titular: “La alcaldesa de Teruel desvela que el PSOE no apoyó la adhesión al 6M”.  ¿Y qué contesta el PSOE? En palabras de su portavoz en el ayuntamiento, José Ramón Morro, “el PSOE comparte todas y cada una de las reivindicaciones de la manifestación del domingo en Zaragoza”. Añade: “Nosotros vamos a estar presentes en la manifestación, yo mismo y otros muchos miembros del Partido Socialista”. En resumen, que el PSOE no apoya pero comparte y participa.  Por el contrario, la alcaldesa del PP no irá a la manifestación porque se sentiría “rara”, dice. Según ella, “su trabajo consiste en solicitar reunirse con ministros y consejeros para trabajar por Teruel” y para ello ha de ir “llamando a la puerta del Pignatelli como a la puerta de la Delegación del Gobierno”, en lugar de manifestarse con el populacho y la chusma. Recapitulando, que el PP apoya y comparte pero la alcaldesa que denuncia que el PSOE no apoya,  no participa. ¿Entienden algo? Yo no. Para complicar más las cosas, comparece el consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno aragonés, Vicente Guillén, del PSOE, y tilda a los manifestantes de “victimistas, románticos y regeneracionistas” que le quieren dar “lecciones desde el asfalto de Zaragoza”.   En síntesis, el jefe del PSOE que ni apoya, ni comparte ni participa, critica a los suyos que no apoyan pero sí comparten y participan y está más de acuerdo con la alcaldesa del PP que apoya, comparte pero no participa. Urge la creación de un centro de interpretación dedicado a descifrar, descodificar y desatascar el pensamiento de nuestros políticos turolenses. Podría localizarse en Cedrillas o en La Cerollera, lugar de nacimiento de ilustres próceres expertos en no decir nada en muchas palabras o en decir una cosa y su contraria, de sorber y soplar a la vez.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El capitalismo puede presentar muchas caras. Algunas, de entre ellas, se le podrían incluso antojar amables a la mayoría de la población, por demencial que esto pueda parecer habida cuenta de los millones de muertes en nombre de los "negocios" y de los "intereses estatales".

La cuestión es que para que "se salven" las zonas despobladas, o las personas con las riendas reales de la economía (no sus lacayos de los partidos) se ven beneficiadas de alguna forma que les compense porque la gente vuelva a los pueblos (si no, en su lógica, jamás lo promoverán, -y esto no tiene ni la pinta más remota de que pueda suceder-, o bien se pasa a una sociedad que haya superado todo tipo de capitalismos. Cosa que, parece, espanta a la población. Ellas y ellos sabrán, ¿verdad? ... .

Lo que está claro es que mientras los intereses económicos de los de arriba sean como hasta ahora y, claro está, sólo ellos tengan el control (ni siquiera "elegible en las urnas") de por dónde van las cosas, como hasta ahora, ... pues, deberíamos asumir que no hay futuro (digno) para las zonas despobladas.
Por eso todas las formaciones políticas hablan de tomar medidas contra la despoblación y hacen congresos y múltiples declaraciones de intenciones que al final se quedan en nada... o en destruir hoy para que la empresa se vaya mañana con el dinero (público), la gente a la calle y "al territorio" que le den. Porque no pueden hacer nada verdaderamente resolutivo del problema. Obviamente, ninguna de ellas se atreve a cuestionar el capitalismo (de verdad) por mera aritmética electoral o porque están ahí para defender diferentes formas del mismo.

Por tanto, ni de los ladrones y criminales macroeconómicos ni de la política profesional corrupta y de dinámicas internas antisociales vendrá jamás solución a la muerte y despoblación del medio rural. O sea, Aragón entero menos la ciudad de Zaragoza... a modo de ejemplo y sin entrar a valorar tierras vecinas.

Para intentar ser justas o justos con la situación, también habría que valorar si de verdad es deseable volver a semejantes niveles de ganadería y a según qué prácticas agrícolas que eran las que llenaban antaño nuestros pueblos. Pues también es posible que muchas de estas prácticas no sean ya deseables. Habiendo cosas que habría que dejar de hacer y otras que hacer de otras formas basadas en enfoques diferentes tanto de nuestra especie como del resto de especies que viven a nuestro lado, la Naturaleza que nos acoge y da vida.
No queda más remedio que hacer otras cosas y cambiar la forma de hacer algunas de las que puedan permanecer.
Y, por supuesto, de entender, que sólo cada una de nosotras y nosotros, si nos lo creemos, seremos agentes de dichos cambios. Si no... creo que es realista augurar un negro futuro. Ojalá podamos seguir evitando vivir en una gran ciudad, per sé, desproporcionada, sucia y con el aire tóxico. A pesar de sus servicios.

Saludos

Anónimo dijo...

Una corrección sobre las prácticas agrícolas y ganaderas.

No sólo había prácticas en el pasado que hay que desterrar para poder tener un futuro digno, también hay prácticas agrícolas y ganaderas contemporáneas que deben desterrarse cuanto antes, para beneficio de todo el mundo.
Por desgracia, son mayoritarias. Y, como sabemos, ni siquiera con estas prácticas injustificables o absolutamente insostenibles les da para vivir sin sobresaltos a muchas de las personas que trabajan -verdaderamente- en estos sectores. Pues, en muchos casos, sin las subvenciones, cerrarían al día siguiente. Y eso que estas personas, en su mayoría, defienden dichas prácticas agrícolas y ganaderas así como la actual organización social con las muchas cosas que implica.

Entre ellas, paradójicamente, y entre otros ejemplos posibles, se da la circunstancia de que, aunque se quejen en el bar, apoyan con su actitud política activa y pasiva que las grandes cadenas de distribución agroalimentaria les marquen los precios, haciéndoles cuasi-esclavos de las mismas y manteniéndoles en vilo durante toda sus vida, sin saber cuando puede llegar una ruina súbita.
Pero tampoco les busques para intentar acabar con las causas de esta situación: no actuarán o defenderán, directa o indirectamente, a la misma minoría que les condena... a ellos, a ellas y a comarcas enteras.