Evaristo Torres Olivas
miércoles, 4 de abril de 2018
Pareja de, nombrada por
Ayer hablé de lo conflictivas que son las relaciones de
pareja en el lugar de trabajo. Son muchos más los inconvenientes que las
ventajas. Dan pábulo a todo tipo de comentarios, rumores y malentendidos. Los
partidos políticos y los parlamentos son también lugares de trabajo y en ellos
también surgen amores, rollos y rolletes. Pero a diferencia de la empresa
privada, las instituciones públicas están expuestas a diario al escrutinio de
los ciudadanos a través de los medios de comunicación. Y los salarios de los
políticos se pagan con dinero público. De ahí que la ejemplaridad debería ser
la norma. Y también habría que evitar las situaciones que pueden dar lugar a
sospechas y a conflictos de intereses. Que Podemos cambiara al portavoz
parlamentario Errejón por Irene Montero, podrá parecer bien o mal, pero está
dentro de la normalidad de un partido. Que la propusieran para vicepresidenta y
ministra de la Presidencia, en caso de ganar las elecciones, aunque chocante
por carecer de experiencia, no ya como ministra, sino de cualquier otra
experiencia laboral, también está dentro de las facultades de un partido. Pero
cuando uno se entera de que la señora Montero es la pareja del secretario
general del partido, la cosa ya se ve de otra manera, surgen las dudas, las sospechas.
En el caso de Pablo Iglesias, por mucho que él diga que cuestionar la valía de
una mujer es machista, debería aplicarse el cuento: cuando Ana Botella era
alcaldesa de Madrid, Iglesias no dudó en decir que estaba donde estaba porque “encarna
ser la esposa de, nombrada por, sin preparación, relaxing of café con leche…, una
mujer cuya única fuerza proviene de ser esposa de su marido y de los amigos de
su marido”. Era razonable pensar de esa
manera, y ciertamente que la mujer de un expresidente, el marido de una
expresidenta, el hijo de una alcaldesa o la hija de un ministro ocupen un cargo
de importancia a dedo es sospechoso y debería evitarse. Pablo Iglesias, Irene
Montero y muchos podemitas son capaces de ver el error en los demás pero no en
ellos mismos.Aunque no podrán evitar que mucha gente pueda decir que Irene
Montero encarna ser la pareja de, nombrada por, sin preparación, portavoces y
portavozas, una mujer cuya fuerza y ascenso fulgurante proviene de ser pareja
de Pablo Iglesias y de los amigos de Pablo Iglesias.
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Sin pelos en la lengua
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