viernes, 13 de abril de 2018
El máster de Cifuentes, la posverdad y la mecánica cuántica
«En este mundo
traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con
que se mira». Lo escribió Ramón de
Campoamor hace muchos años. Cristina Cifuentes debe de haberlo leído y
por ese motivo nos cuenta su verdad, vista a través de su cristal; pero si se
ve con otro cristal, la verdad de Cifuentes es una mentira. Para algunos,
obtener un máster requiere dinero, asistir a clase, estudiar duro, examinarse,
aprobar, escribir un trabajo fin de máster y presentarlo ante un tribunal. Esa
es una posibilidad, vista con un cristal limpio y transparente. Pero hay otras
formas de obtener un diploma si se mira con un cristal oscuro y lleno de fango:
no asistir a clase, no estudiar duro, no examinarse, no escribir un trabajo fin
de máster y tener amigos que falsifiquen las notas, las actas, las firmas y
expidan el correspondiente diploma. Tanto en un caso como en el otro, el
resultado es el mismo: se consigue tener un máster. Cristina Cifuentes no ha
mentido: nos ha contado su verdad alternativa. Su posverdad. Además de la
verdad de que ganarás el pan con el
sudor de tu frente, está la posverdad de que también se puede ganar con el
sudor del de enfrente. Frente a la verdad de que en España muchos políticos
colocan a familiares y amigos en las instituciones públicas, con todo tipo de
subterfugios, está la posverdad de los políticos como Cifuentes que afirman una
y otra vez su compromiso de “tolerancia cero con la corrupción”. Una verdad es
que la probabilidad de que a uno le toque la lotería es baja, pero la verdad
alternativa nos demuestra que a Fabra le puede tocar cuatro veces en cuatro
años. En lugar de criticar tanto a Cristina Cifuentes— no hay día en que no salga
en los periódicos, las radios, las televisiones y las redes sociales—lo que
deberíamos hacer es estudiar más física, mecánica cuántica, a Heisenberg,
Schröndinger y su gato. Y lo mismo que una partícula puede estar en dos sitios
a la vez y un gato metido en una caja puede estar vivo y muerto al mismo
tiempo, la señora Cifuentes bien podía estar en clase y en su casa al mismo
tiempo, no haberse presentado y sacar un notable, tener trabajo fin de máster y
no tenerlo al mismo tiempo. Aunque yo creo que, a diferencia del gato del
físico austriaco, Cifuentes solo está muerta. Políticamente hablando.
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Sin pelos en la lengua
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