Los políticos han desarrollado un lenguaje propio para dulcificar y diluir sus vergonzosos abusos de poder o sus comportamientos delictivos. Javier Solana, cuando era secretario general de la OTAN, utilizaba mucho el plural mayestático, el nosotros, para repartir entre todos las responsabilidades por los marrones en los que se había metido él solito. María Dolores de Cospedal habló de “una indemnización en diferido en forma de simulación de lo que antes era una retribución” para explicar lo que se le pagó a Bárcenas. Ahora, Cristina Cifuentes, ante el video de las cremas sustraídas en el Eroski de Vallecas, afirma que “este vídeo obedece a una situación de un error involuntario”. Añade: “Me llevé por error y de manera involuntaria, sin ser consciente de ello, unos productos por importe de cuarenta euros, me lo dijeron a la salida, los aboné y no hubo mayor problema”. Aquí, a diferencia de la multiplicación, el orden de los factores sí altera el producto. No es lo mismo coger un producto, pagarlo y meterlo en el bolso sin que te llamen la atención que cogerlo, meterlo en el bolso y pagarlo cuando te llaman la atención. Tomar dos cremas de un estante, meterlas en el bolso y marcharse sin pagar es, según la señora Cifuentes, un error involuntario. También podría haber dicho que se le fue la mano, como si la mano tuviera vida propia y tomara decisiones por su cuenta. Tener la mano larga y meterla donde no se debe puede ser un tic que no se controla y que te juega malas pasadas. En el caso de Cifuentes a la estantería de las cremas y en el de Rafa Nadal, a rascarse el trasero antes de cada saque. Pero el tic de Cifuentes es más grave: la mano no se le fue una vez sino dos, porque fueron dos las cremas que se llevó. Aunque tal vez fuera una promoción de dos al precio de una y aunque se trate de un hurto tampoco hay que rechazar las ofertas. La señora Cifuentes cree que ha habido “una campaña de acoso y derribo, traspaso de líneas rojas evidentes; he sido espiada y se han hecho dosieres contra mi persona”. Que no se queje porque podría haber sido peor y en lugar de dosieres contra “su persona” podrían haber sido contra ella.
jueves, 26 de abril de 2018
Cara dura y manos largas
(Publicado en Heraldo de Aragón el 2 de mayo)
Los políticos han desarrollado un lenguaje propio para dulcificar y diluir sus vergonzosos abusos de poder o sus comportamientos delictivos. Javier Solana, cuando era secretario general de la OTAN, utilizaba mucho el plural mayestático, el nosotros, para repartir entre todos las responsabilidades por los marrones en los que se había metido él solito. María Dolores de Cospedal habló de “una indemnización en diferido en forma de simulación de lo que antes era una retribución” para explicar lo que se le pagó a Bárcenas. Ahora, Cristina Cifuentes, ante el video de las cremas sustraídas en el Eroski de Vallecas, afirma que “este vídeo obedece a una situación de un error involuntario”. Añade: “Me llevé por error y de manera involuntaria, sin ser consciente de ello, unos productos por importe de cuarenta euros, me lo dijeron a la salida, los aboné y no hubo mayor problema”. Aquí, a diferencia de la multiplicación, el orden de los factores sí altera el producto. No es lo mismo coger un producto, pagarlo y meterlo en el bolso sin que te llamen la atención que cogerlo, meterlo en el bolso y pagarlo cuando te llaman la atención. Tomar dos cremas de un estante, meterlas en el bolso y marcharse sin pagar es, según la señora Cifuentes, un error involuntario. También podría haber dicho que se le fue la mano, como si la mano tuviera vida propia y tomara decisiones por su cuenta. Tener la mano larga y meterla donde no se debe puede ser un tic que no se controla y que te juega malas pasadas. En el caso de Cifuentes a la estantería de las cremas y en el de Rafa Nadal, a rascarse el trasero antes de cada saque. Pero el tic de Cifuentes es más grave: la mano no se le fue una vez sino dos, porque fueron dos las cremas que se llevó. Aunque tal vez fuera una promoción de dos al precio de una y aunque se trate de un hurto tampoco hay que rechazar las ofertas. La señora Cifuentes cree que ha habido “una campaña de acoso y derribo, traspaso de líneas rojas evidentes; he sido espiada y se han hecho dosieres contra mi persona”. Que no se queje porque podría haber sido peor y en lugar de dosieres contra “su persona” podrían haber sido contra ella.
Los políticos han desarrollado un lenguaje propio para dulcificar y diluir sus vergonzosos abusos de poder o sus comportamientos delictivos. Javier Solana, cuando era secretario general de la OTAN, utilizaba mucho el plural mayestático, el nosotros, para repartir entre todos las responsabilidades por los marrones en los que se había metido él solito. María Dolores de Cospedal habló de “una indemnización en diferido en forma de simulación de lo que antes era una retribución” para explicar lo que se le pagó a Bárcenas. Ahora, Cristina Cifuentes, ante el video de las cremas sustraídas en el Eroski de Vallecas, afirma que “este vídeo obedece a una situación de un error involuntario”. Añade: “Me llevé por error y de manera involuntaria, sin ser consciente de ello, unos productos por importe de cuarenta euros, me lo dijeron a la salida, los aboné y no hubo mayor problema”. Aquí, a diferencia de la multiplicación, el orden de los factores sí altera el producto. No es lo mismo coger un producto, pagarlo y meterlo en el bolso sin que te llamen la atención que cogerlo, meterlo en el bolso y pagarlo cuando te llaman la atención. Tomar dos cremas de un estante, meterlas en el bolso y marcharse sin pagar es, según la señora Cifuentes, un error involuntario. También podría haber dicho que se le fue la mano, como si la mano tuviera vida propia y tomara decisiones por su cuenta. Tener la mano larga y meterla donde no se debe puede ser un tic que no se controla y que te juega malas pasadas. En el caso de Cifuentes a la estantería de las cremas y en el de Rafa Nadal, a rascarse el trasero antes de cada saque. Pero el tic de Cifuentes es más grave: la mano no se le fue una vez sino dos, porque fueron dos las cremas que se llevó. Aunque tal vez fuera una promoción de dos al precio de una y aunque se trate de un hurto tampoco hay que rechazar las ofertas. La señora Cifuentes cree que ha habido “una campaña de acoso y derribo, traspaso de líneas rojas evidentes; he sido espiada y se han hecho dosieres contra mi persona”. Que no se queje porque podría haber sido peor y en lugar de dosieres contra “su persona” podrían haber sido contra ella.
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Sin pelos en la lengua
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2 comentarios:
Evaristo, Spain es in-Diferente. Seguimos.
Spain... es pain. Para la gente de abajo.
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