“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 11 de mayo de 2018

Regenerar la política

Publicado Heraldo de Aragón 22/05/2018
En 1960, cuando yo tenía cinco años, mi padre, mi madre y yo emigramos a Francia. Salimos  desde el apeadero de Villarquemado, mi pueblo. No recuerdo si fue en el Chispa, el tren correo o el automotor. En esas fechas y en otras cercanas, también emigraron a Francia y a Canadá otros seis hermanos de mis padres. Eran los tiempos de Franco, de esa dictadura que duró cuarenta años. Hoy, casi sesenta años después, en el apeadero de Villarquemado no para ningún tren. Ni Chispa, ni tren correo ni siquiera el Tamagochi. Y llevamos otros cuarenta años de democracia, la mitad con gobiernos del PSOE. De todos los hermanos de mis padres que emigraron, solo uno retornó y se dedicó a la agricultura en el pueblo. Todos los demás, o regresaron  cuando se jubilaron o nunca más volvieron a su pueblo. Dos tíos y mi abuela paterna están enterrados en Canadá. Tampoco han vuelto ninguno de mis primos, ni los hijos de mis primos. Ni siquiera mis hijas, que trabajan en Madrid. La historia de mi familia es una más entre muchas en mi pueblo y en toda la provincia de Teruel. De ahí que sienta rabia, indignación y también tristeza, mucha tristeza, cuando uno de los nuestros, un turolense,  Vicente Guillén, consejero de Presidencia, desprecia a los suyos, a las 40 000 o 14 000 (de la manipulación de las cifras hablaremos otros día) personas que se manifestaron el pasado día 6 en Zaragoza  bajo el lema de Salvemos Teruel. En una comparecencia de prensa,  llamó a los que se manifestaron “movimientos románticos o regeneracionistas”, y lo hizo con un tono chulesco, prepotente. Quiso engañarnos con un batiburrillo de proyectos, más de 850, que no se entendían por su exposición confusa y desordenada— es portavoz del Gobierno aragonés— y exhibiendo un mapa que parecía pintarrajeado por escolares de cuatro años. Sus declaraciones sobre los hospitales de Teruel y Alcañiz son un ejercicio de cinismo. Y todavía se atreve a afirmar que “Teruel es una tierra de oportunidades”. Las que yo he tenido, las que tuvieron y tienen mis padres, mis tíos, mis hijas, mis primos y miles de turolenses. Con 40 años de franquismo y otros cuarenta de democracia. Si tuviera el poder de convocatoria que tienen los organizadores de la gran manifestación del día 6, pediría el cese de Vicente Guillén. No sería una petición romántica y sí regeneracionista. Para regenerar la política. Para apartar a los elementos indeseables.

Evaristo Torres Olivas

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