“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 6 de febrero de 2018

Un abanico de tonterías

Publicado en Diario de Teruel 6/02/2018
Cualquier iniciativa para pedir la igualdad entre hombres y mujeres en cualquier actividad me parece necesaria y justa. Igualdad de oportunidades, igualdad de salarios, de reconocimiento. Magnífica me ha parecido la idea de una asociación de mujeres cineastas de pedir más presencia de mujeres en el cine, en todas las especialidades: dirección, guion, fotografía, música, producción, etc. Lo han querido hacer visible exhibiendo un abanico rojo con el lema de “Más mujeres” en la gala de los Goya. Lo que ya no me parece tan bien es la incoherencia en la que incurren esas mismas mujeres al prestarse al juego de la exhibición de los trajes y complementos de diseñadores de moda. De esos cuyos modelitos, bolsitos y collarcitos cuestan un ojo de la cara y a los que el 99 por ciento de las mujeres no tiene acceso. Si hay una actividad en la que se explota a las mujeres esa es la industria textil. Empezando por las modelos y el tipo de mujer que promocionan: mujeres de metro ochenta y 50 kilos de peso. Un modelo de mujer que solo se da en el 0,5% de la población. Y siguiendo con la explotación que ejerce la industria textil en todo el mundo, especialmente en países como Bangladesh, Haití, Pakistán, India. Unos salarios de miseria, en condiciones laborales de semiesclavitud, contaminando las aguas y poniendo en peligro la vida de las trabajadoras: la gran mayoría son mujeres y niñas. Mujeres y niñas que para comprarse uno de los vestidos que lucen las agraciadas con los goyas necesitarían 25 años de salario. ¿Y qué decir de los complementos, de esos bolsos confeccionados con piel de cocodrilo o de serpiente? Un bolso, cuatro cocodrilos sacrificados. Cocodrilos de granjas australianas inmundas. Si un cocodrilo puede vivir 70 años, a los de los bolsos los sacrifican a los tres años para que tengan la piel fina y suave. Y los criaderos de boas en los que se les mete a la fuerza litros de agua para hincharlas y estirar su piel para después sacrificarlas a machetazos.  Pero eso no impide que en un reportaje sobre la moda y los Goya, en apenas dos minutos escuchara a actrices decir tontadas, que transcribo literalmente, como estas: “A nivel de moda, me gusta mucho Versace”. “Primero elijo los complementos y después el vestido para completar mi look”. “Mi vestido es del atelier de…”. Mientras, la comentarista hablaba de “la red carpet, el universo de la moda y el front row”. Todo un abanico de tonterías.

Evaristo Torres Olivas

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