“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 5 de febrero de 2018

Ineptitud

Hay políticos tan torpes, tan ineptos, tan carentes de tacto y sensibilidad, que es difícil entender por qué su partido los elige para figurar en las listas y los ciudadanos los votan una y otra vez para puestos de responsabilidad. Manuel Blasco por ejemplo. Ha sido alcalde de Teruel, senador y ahora diputado nacional. Sus torpezas son muchas y muy gordas, y en mi blog he recogido unas cuantas a lo largo de estos años. Pero la última, la de hace apenas unos días, es la más grave, intolerable, impresentable y vergonzosa. Todavía está presente en nuestra memoria el dolor por el asesinato de los dos guardias civiles, Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, y el ganadero José Luis Iranzo. El pleno del ayuntamiento de Andorra aprobó por unanimidad—también los ediles del PP—una moción para exigir la dimisión del delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde y del subdelegado en Teruel, José María Valero. Pues a Manuel Blasco, en lugar de quedarse calladito, no se le ocurre otra cosa que afirmar ante los periodistas en Teruel que “se están equivocando” quienes “están tirando el tiro hacia el delegado y el subdelegado del Gobierno”. El único que tiró tiros y mató a tres ciudadanos fue el asesino Norbert Feher. Blasco podría haber elegido otra expresión menos hiriente y desafortunada. Pero por si no fuera suficiente falta de tacto, a continuación Blasco añade lo siguiente: “Gustavo Alcalde es, con mucho, el mejor delegado del Gobierno que ha tenido Aragón en mucho tiempo”, pues “defiende a Aragón y a España, y al Gobierno que lo ha nombrado con elegancia y contundencia”, al margen de ser “una bellísima persona”. Aparte de la pobreza expresiva de Blasco—no nos queda claro si Alcalde defiende  Aragón y España con elegancia y contundencia o es el Gobierno quien lo ha nombrado con elegancia y contundencia—lo verdaderamente indignante es que afirme en estos momentos que Alcalde es el mejor delegado que ha tenido Aragón. Que vaya Blasco, si se atreve, y se lo cuente a los familiares y amigos de los tres asesinados. Que les consuele diciendo que podría haber sido mucho peor si en lugar del mejor delegado hubiera habido uno normalito o uno malo. 

Evaristo Torres Olivas

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