“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 14 de febrero de 2018

Recogepelotos, aguafiestos, zampabollas y guardaboscas

Ha bastado una palabra, portavoza, pronunciada por Irene Montero, de Podemos, para que se pueda  escribir un tratado sobre cómo nos comportamos las personas y cómo cambian las valoraciones según la época o el club, partido o iglesia a los que se pertenece. Mis abuelas y mi madre decían cantanta y estudianta. En sus tiempos, hablar así denotaba que eran personas de pueblo, con pocos estudios. Unas paletas, dirían algunos. Hoy serían adalides del movimiento feminista, de las que despejaron el camino para que otras, años después, nos hablaran de las jóvenas, las miembras y las portavozas. Aducen Montero y otras que hay que visibilizar a las mujeres y que el lenguaje no es neutral y sí machista: un zorro es un hombre astuto y una zorra, una prostituta. Lo cojonudo es bueno y un coñazo, algo pesado e insoportable. Pero en mi pueblo una bicicleta es una bicicleta y un bicicleto es una bicicleta vieja y deteriorada, de mala calidad. Lo mismo puede decirse de escobo, chaqueto o alfombro, que representan los modelos de peor calidad  en los catálogos  de escobas, chaquetas y alfombras. Y en mi pueblo una cebolla es, como en el resto de España, una hortaliza, pero un cebollo es un hombre de pocas luces y cabeza dura.  Otra enseñanza que nos ha proporcionado Montero es que los partidos son organizaciones sectarias y gregarias y que el que se mueve no sale en la foto. En Podemos, no ha habido ni una sola fisura: Pablo Iglesias, Beatriz Gimeno y Rosa María Artal han defendido públicamente el uso de portavoza y han etiquetado a quienes lo han criticado de machistas y de querer desviar la atención de la corrupción, las pensiones, la desigualdad de los salarios, etc. En el caso del PSOE, como ha habido división de opiniones—el portavoz de la ejecutiva, Óscar Puente y el secretario de Empleo, Toni Ferrer opinan que no les parece acertada la aportación de Montero, mientras que a Adriana Lastra, vicesecretaria general y a Carmen Calvo, secretaria de igualdad, les resulta apropiada y necesaria— Carmen Calvo ha sentenciado que lo que ella ha manifestado es la posición oficial del partido. Como los dogmas de las iglesias. Lo que ella diga va a misa. Por parte del PP y de periodistas, escritores y escritoras contrarios a Podemos, los ataques han sido brutales— Federico Jiménez Losantos y Carlos Herrera—o muy poco favorables, en el caso de  Julia Navarro, Carmen Posadas, Soledad Puértolas y otras. Pero a la vez que todo esto sucede, en la televisión y en la calle, en boca de militantes de la derecha y de la izquierda, del PP, del PSOE, de Podemos, de periodistas hombres y mujeres, de tertulianos y tertulianas, presentadoras y presentadores oímos expresiones como talent show, fake news, red carpet, spoiler, email, fact check sin que ni Pérez Reverte, Carlos Herrera, Jiménez Losantos, Beatriz Gimeno, Rosa María Artal, Pablo Iglesias o Irene Montero digan ni mu. Y sin que Carmen Calvo nos diga cuál es la posición oficial del partido.

Evaristo Torres Olivas


BICICLETO

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