“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 1 de febrero de 2018

La gente

Publicado en  Diario de Teruel 2/2/2018 
Publicado en Heraldo de Aragón 07/02/2018
Podemos dice ser el partido de la gente y que se enfrenta a la casta y a la trama. Pertenecer a la gente es bueno y ser de la trama y de la casta, malo. ¿Pero realmente es así? Hoy analizaré la palabra gente y en otra ocasión lo haré con las otras dos. Según el diccionario de la RAE, gente significa “pluralidad de personas”. Podemos es entonces el partido de una pluralidad de personas; pero también lo son el resto de los partidos, con lo que no salimos de la duda. Otra acepción: “Con respecto a quien manda, conjunto de quienes dependen de él". En este caso, gente es equiparable a súbdito y Podemos sería el partido de los súbditos cuando mande el rey Iglesias, con lo que no se diferenciaría mucho de otras monarquías y dictaduras en las que a la gente, además de súbdito, también se la conoce como chusma o populacho. Veamos la tercera definición del diccionario: “Cada una de las clases que pueden distinguirse en la sociedad. Gente del pueblo. Gente rica o de dinero”. Podemos debería aclararnos a qué gente se refiere si a los del pueblo, a los de la pasta, a los que viven en chabolas o a la gente de La Moraleja y el barrio de Salamanca de Madrid. Una cuarta entrada nos informa de que gente puede referirse a la familia, como en la expresión “mi padre, mi madre y mi gente”. Si esa es la gente a la que defiende Podemos, entonces estaríamos no ante un partido sino ante una empresa familiar, una agencia de colocación de la familia y los amigos. En definitiva, que no sabemos a qué gente dedica Podemos sus energías y su talento. No sabemos si a la “gente bien” o a la “mala gente”; si a la “gente gorda” o a la “gente menuda”; a los de “medio pelo” o a los de “pelo en pecho”. “A la gente de paz” o a “la gente de armas tomar”.  Faltaría a la verdad si no dijera que Podemos ha intentado en alguna ocasión precisar el término gente con expresiones como “los de arriba” y “los de abajo”, alineándose claramente con los de la planta baja. Sin embargo, tampoco aclara mucho porque si es cierto que a veces se entiende que los de arriba son los poderosos y los de abajo los que no tienen poder, otras veces los de abajo son los que disfrutan cómodamente del espectáculo desde el patio de butacas y los de arriba los que no ven nada desde el gallinero.

Evaristo Torres Olivas

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