(Publicado hoy en Diario de Teruel)
Si una carta al director en un diario la firma una persona
que es abogado y escritor, académico correspondiente de la Real Academia
de Jurisprudencia y Legislación de España, se espera que el texto tenga la
calidad literaria propia de un escritor, la capacidad argumentativa de los
buenos abogados y el rigor de un miembro de una real academia. Todo eso
esperaba antes de leer la carta de don Ramiro Grau Morancho, abogado, escritor
y académico, publicada el pasado día 19 en Diario de Teruel. Estoy con
los amigos de José Luis Iranzo, la titula. No tengo nada que objetar con el
fondo de su carta, en la que pide la dimisión del subdelegado del Gobierno y
del jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Teruel por las negligencias
que a su entender se produjeron y que tuvieron como consecuencia el asesinato
de tres personas: dos guardias civiles y el agricultor y ganadero José
Luis Iranzo. Sí me ha sorprendido la forma en que lo expresa el señor Grau. Al
autor de los asesinatos, al asesino, lo llama “hideputa extranjero”. No creo
que utilizara ese tipo de expresiones en un juicio o en la Academia de
Jurisprudencia. Expresarse con rigor, precisión y propiedad es algo que se
espera de todo jurista. Entendería que al ciudadano serbio lo llame asesino,
sin el presunto, puesto que en el interrogatorio ante la juez reconoció los
hechos. Pero llamarle “hideputa extranjero” es, a mi entender, una expresión
xenófoba, comparable a llamar a alguien moro de mierda o puto negro. Si el
asesino hubiera nacido en un pueblo de la zona, ¿se habría atrevido el señor
Grau a llamarle hideputa aragonés? La nacionalidad o el color de la piel no le
añaden ni le quitan gravedad a una acción repugnante. En un Estado de derecho,
con división de poderes, todos, incluidos los subdelegados del Gobierno,
los jefes de la Comandancia de la Guardia Civil y quien asesinó a José Luis
Iranzo deben someterse al imperio de la ley. Hacen bien los amigos de José Luis
Iranzo en pedir la dimisión del subdelegado si creen que hubo negligencias.
También deberá asumir su responsabilidad el jefe de la Guardia Civil. Y el
asesino que cumpla la condena que se merece. Pero no hay necesidad de insultar
a nadie con expresiones machistas y xenófobas.
Evaristo Torres Olivas
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