“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 13 de octubre de 2017

Orgullo

Uno puede sentirse orgulloso de haber terminado una carrera, de correr una maratón, de donar un riñón para salvar una vida, de escribir un libro y de muchas otras cosas más. Pero no entiendo cómo alguien puede sentirse orgulloso de ser español, catalán, aragonés o gallego, o de que el Real Madrid, el Barcelona o la Real Sociedad ganen la Liga, la Champions o la Intergaláctica si existiera. Uno puede sentirse orgulloso de aquello en lo que interviene por decisión propia y le supone un esfuerzo conseguirlo. Nacer español, aragonés o de Villarquemado no dependió de mi voluntad ni me supuso ningún esfuerzo. Fue producto del azar. Ni me siento orgulloso de ser español ni tengo nada que agradecerle a España. Es más, estoy más agradecido a Francia o Canadá, países que acogieron y dieron trabajo a mis padres cuando en España no podían vivir dignamente. Gracias a esos países pude estudiar y aspirar a una vida mejor.
Pero incluso en esos casos hay que tener cuidado, porque decir España, Francia o Alemania es algo tan general y abarcador que quien afirma  que se  siente orgulloso de ser español o que  está agradecido a España,  supone, por una parte, reconocer a grandes pintores, escritores, científicos, a los miles de donantes de órganos que nos hacen ser líderes mundiales, pero, por otra, a admirar a los que nos han llevado a liderar el ranking de la corrupción de políticos, banqueros y empresarios, a presumir de  no tener ninguna universidad entre las mejores del mundo, a ignorar que nuestros jóvenes tengan que emigrar porque aquí no encuentran trabajo.
Detrás de los nacionalismos, de todos, del español, del catalán, están las élites económicas y políticas que con eslóganes del tipo España es una unidad de destino en lo universal o mantras como España nos roba, consiguen que la gente defienda intereses de unos pocos creyendo que defiende los de todos. Oriol Junqueras, el independentista catalán, sentenció que  "si atacan al Govern por defender la democracia, nos atacan a todos", pero no añadió a continuación que si los gobernantes catalanes  piden comisiones, se llevan el dinero a Andorra y roban a manos llenas, nos roban a todos. Espanya ens roba; y Catalunya també.

Evaristo Torres Olivas


Todo pueblo, pueblecito, aldea o barriada se cree diferente, y siempre superior, a los demás. Eso es el nacionalismo, creerse un pueblo elegido, oprimido por un enemigo feroz, envidioso, ignorante y ladrón

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nacionalismo no es sólo lo que indicas. Que una persona se crea perteneciente a una nación, ya es nacionalismo. Hacer política, en el sentido que sea, pensando en los (supuestos) intereses de una nación o dando a entender que las personas pertenecientes -en teoría- a dicha nación tienen los mismos intereses, es nacionalismo.
La mayoría de la población mundial es nacionalista, y muchas de estas personas ni siquiera son conscientes.
La gente llega a tragarse muchas porquerías y a transigir con grandes injusticias y atrocidades con tal de favorecer lo que unas pocas personas establecieron en los mass media que era beneficioso para su falsa nación.
Conseguir que la gente pobre y trabajadora sea nacionalista es uno de los más importantes recursos de los poderes económicos para controlarles, siendo así más fácil y sencillo obtener su explotación como mano de obra. Entre otras calamidades.

Saludos