“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 3 de mayo de 2017

Australopithecus

Rita Levi-Montalcini, neuróloga, premio Nobel de Medicina, decía que el hemisferio derecho del cerebro "es la parte instintiva, la que sirvió para hacer bajar al australopithecus del árbol y salvarle la vida. La tenemos poco desarrollada y es la zona a la que apelan los dictadores para que las masas les sigan. Todas las tragedias se apoyan siempre en ese hemisferio que desconfía del diferente. En todas las grandes tragedias se camufla la inteligencia y el razonamiento con ese instinto de bajo nivel. Los regímenes totalitarios de Mussolini, Hitler y Stalin convencieron a las poblaciones con ese raciocinio”. Perdonen la extensa cita, pero era necesaria para explicar el comportamiento de algunos energúmenos que gobiernan o que pretenden hacerlo. Son muchos, pero he elegido a dos, un hombre y una mujer, que he escuchado hoy en internet.  Apelan a lo más bajo del ser humano, con un estilo gritón, agresivo, como si fuéramos imbéciles. El primero es Nicolás Maduro, el presidente venezolano. Escuchen este video produce asco. ¿Es necesario berrear como un poseso y rodearse de hooligans para decir lo que dice? La segunda es Susana Díaz, la presidenta andaluza que aspira a dirigir el PSOE nacional y a presidir España. Escuchen.  Grita, manipula, amenaza.  Son dos personas primitivas, en el peor sentido, chabacanas. Con una ambición desmesurada, sin ningún tipo de vergüenza, con un lenguaje de matón mafioso o chulo de discoteca. ¿Cómo podemos escuchar—y votar—a semejantes cantamañanas? Pues por las explicaciones que daba la neuróloga italiana cita al principio. No de otra manera se entiende que personas adultas aplaudan, lloren y entren en trance escuchando a personajes tan ridículos y vociferantes. Los hay en todos los partidos, de derechas y de izquierdas, bolivarianos y andalucistas, de los de arriba y de los de abajo, con bigote o con coleta, de la trama y del núcleo irradiador. Son los sargentos chusqueros de la política, que a falta de conocimientos, templanza y  capacidad de razonar, recurren al rebuzno y la amenaza, el escupitajo y la patada. Al hemisferio derecho. El del australopithecus.

Evaristo Torres Olivas

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