“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 11 de enero de 2017

Bibío y enzallao

Cambiar las costumbres y tradiciones no es algo que se consiga por decreto. Por ejemplo, los toros y la caza. Hoy hablaré de la caza. Mañana,  del arte del rejoneo y el “amor” a los caballos que tienen algunos. Escuchen este video. Es de Nochebuena en Canal Sur de Andalucía. Un programa de sevillanas y copla. Los cantantes, o cantaores, Salvador García y Paco Candela, con mucha emoción y sentimiento nos cuentan cosas que dan miedo: “Mi padre me enseñó a coger bien la escopeta, a apuntarle  y a tirarle al pato en la luna llena.  Cuando levantan la veda, no tengo ni padre ni madre, ni nadie que me someta,  cierro los ojos, compadre, y no veo más que escopetas”. Estas cosas las cantan con toda naturalidad, no tienen ningún remordimiento ni piensan que están haciendo algo malo. No quiero caer en sentimentalismos de tres al cuarto ni  hacer demagogia, pero tal vez la caza tuviera una justificación si se hiciera para alimentarse, como sucedía en muchas casas de pobres en la posguerra, en las que la única carne que le echaban a las patatas o al puñado de arroz era la que venía de la caza de alguna liebre, unas palomas o dos perdices. Y también podría tener sentido si se tratase de buscar el equilibrio que la naturaleza, a la que nos estamos cargando, no es capaz de establecer, y aparecen “plagas” de ciervos, de jabalíes o cualquier otro animal. Pero nada de eso se dice en esa canción; aquí vemos a un elemento que se vuelve tarumba, sueña con escopetas y pegar tiros y no hay ni dios que lo pare.  Le “gusta el olor del tiro”, aunque también podría perfectamente afirmar que le gusta el color de la sangre de los animales abatidos. Con el rasgueo de una guitarra y una voz bonita se pueden decir barbaridades enormes y hacer que a los que  escuchan les broten lágrimas como puños. Que eso nos pase con letras de idiomas que no entendemos se puede entender, pero cuesta más si se trata de nuestro propio idioma. De todas maneras, tal vez debido a que yo nací en un pueblo pero me marché de niño, no sea capaz de entender ciertas cosas del mundo rural. Y también es cierto que esa canción no es tan bestia como la de un colombiano llamado Maluma y que dice barbaridades sobre las mujeres que no reproduzco aquí por no darle difusión a semejante elemento. Para terminar, quiero dejar constancia de un comentario en el video del cazador. Le dice al concursante Salvador García que no se compare con el maestro Paco Candela. Lo hace con estas hermosas palabras: “Kantas bien pero no te konpares k lo sullo es bibio i lo Tullo es eskrito i enzallao”. Pues eso.

Evaristo Torres Olivas


1 comentario:

Unknown dijo...

Es evidente que algunos humanos, pocos, intentan alcanzar un compromiso, un acuerdo, entre, por utilizar términos del modelo mental de Freud, el ello y el superego. La mayoría, empero, pasan de ello y dejan que aflore sin restricciones el ello, la animalidad, la entraña apasionada. Renuncian a la condición pensatil del hombre y se muestran como auténticas bestias. Dios nos guarde de ellos.