Cambiar las costumbres y tradiciones no es algo que se
consiga por decreto. Por ejemplo, los toros y la caza. Hoy hablaré de la caza.
Mañana, del arte del rejoneo y el “amor”
a los caballos que tienen algunos. Escuchen este video. Es de Nochebuena en
Canal Sur de Andalucía. Un programa de sevillanas y copla. Los cantantes, o
cantaores, Salvador García y Paco Candela, con mucha emoción y sentimiento nos
cuentan cosas que dan miedo: “Mi padre me enseñó a coger bien la escopeta, a
apuntarle y a tirarle al pato en la luna
llena. Cuando levantan la veda, no tengo
ni padre ni madre, ni nadie que me someta, cierro los ojos, compadre, y no veo más que
escopetas”. Estas cosas las cantan con toda naturalidad, no tienen ningún
remordimiento ni piensan que están haciendo algo malo. No quiero caer en
sentimentalismos de tres al cuarto ni hacer demagogia, pero tal vez la caza tuviera
una justificación si se hiciera para alimentarse, como sucedía en muchas casas
de pobres en la posguerra, en las que la única carne que le echaban a las
patatas o al puñado de arroz era la que venía de la caza de alguna liebre, unas
palomas o dos perdices. Y también podría tener sentido si se tratase de buscar
el equilibrio que la naturaleza, a la que nos estamos cargando, no es capaz de
establecer, y aparecen “plagas” de ciervos, de jabalíes o cualquier otro
animal. Pero nada de eso se dice en esa canción; aquí vemos a un elemento que
se vuelve tarumba, sueña con escopetas y pegar tiros y no hay ni dios que lo
pare. Le “gusta el olor del tiro”,
aunque también podría perfectamente afirmar que le gusta el color de la sangre
de los animales abatidos. Con el rasgueo de una guitarra y una voz bonita se
pueden decir barbaridades enormes y hacer que a los que escuchan les broten lágrimas como puños. Que
eso nos pase con letras de idiomas que no entendemos se puede entender, pero
cuesta más si se trata de nuestro propio idioma. De todas maneras, tal vez
debido a que yo nací en un pueblo pero me marché de niño, no sea capaz de
entender ciertas cosas del mundo rural. Y también es cierto que esa canción no
es tan bestia como la de un colombiano llamado Maluma y que dice barbaridades
sobre las mujeres que no reproduzco aquí por no darle difusión a semejante
elemento. Para terminar, quiero dejar constancia de un comentario en el video
del cazador. Le dice al concursante Salvador García que no se compare con el
maestro Paco Candela. Lo hace con estas hermosas palabras: “Kantas bien pero no
te konpares k lo sullo es bibio i lo Tullo es eskrito i enzallao”. Pues eso.
Evaristo Torres Olivas
1 comentario:
Es evidente que algunos humanos, pocos, intentan alcanzar un compromiso, un acuerdo, entre, por utilizar términos del modelo mental de Freud, el ello y el superego. La mayoría, empero, pasan de ello y dejan que aflore sin restricciones el ello, la animalidad, la entraña apasionada. Renuncian a la condición pensatil del hombre y se muestran como auténticas bestias. Dios nos guarde de ellos.
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