“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 22 de junio de 2015

¡Borchenoso!

 
Observen las dos fotos que ilustran esta columna. En la primera vemos a  un grupo de honrados ciudadanos, vestidos con elegancia, aseados, seguramente directivos de una gran empresa,  miembros de un parlamento democrático o de una corporación municipal. Gente de bien, personas de orden, ciudadanos ejemplares. En la segunda vemos a  una pandilla de amigos que salen de un restaurante, seguramente con unas copas de más, después de celebrar algún cumpleaños, o haber terminado los estudios de formación profesional, especialidad de matricería, calderería o torno y fresa. Gente sencilla, humilde, sin grandes pretensiones, que no aspiran ni a dirigir una gran empresa ni a formar parte de ninguna institución. Pero las apariencias engañan. La primera foto corresponde a una reunión de mafiosos y la segunda a los concejales de Zaragoza en Común a la salida del Ayuntamiento, después de prometer sus cargos.  Estos últimos, los juerguistas, han sido duramente criticados en la prensa aragonesa por faltar al respeto a la institución,  utilizar las bandas municipales como si fueran unos trapos para usarlos como hondas o ponérselos alrededor de la cabeza como los luchadores japoneses de artes marciales. ¡Atreverse a entrar en una institución sin traje ni corbata, con camisetas de propaganda y sin pasar por la peluquería! Se puede robar, se pueden recortar derechos, se pueden permitir desahucios, se puede favorecer a los amigos, adjudicar contratos a dedo, dejar a las personas sin luz, agua ni calefacción, pero siempre que se haga respetando el buen gusto, combinando los colores de ropa, llevando los zapatos y el bolso a juego y haber pasado por la peluquería para salir guapos en la foto. Deberían tomar ejemplo de nuestro rey Felipe, o de nuestra reina Letizia, que con sus bonitos trajes de modistos y modistas de renombre, visten con exquisito gusto y nos da mucho gusto pagarlos con nuestros impuestos, porque representan a nuestro país y a una institución seria, milenaria. Lo mismo podemos decir de nuestro presidente Rajoy, de su extesorero Bárcenas, Fabra, Aguirre, Rita Barberá. Gente con clase, que sabe  de la importancia del buen llantar y del buen vestir. Con lo que cuesta un bolso de los que le regalaban a Rita Barberá, se podrían vestir los desarrapados de Zaragoza en Común durante diez años. Y las alpargatas que calzan ni siquiera son de Nike o Adidas, sino de esas de oferta del Aldi o de Simply. Borchenoso que diría Cañita Brava.

Evaristo Torres Olivas

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Personalmente, me alegro que hayan accedido a la alcaldía en Zaragoza, Barcelona, Madrid y otras ciudades estas plataformas ciudadanas. Espero que dentro de 4 años buena parte de la gente que vive en esas ciudades tenga ante sus ojos la evidencia de un cambio a mejor. Si no... mal asunto. Se mire como se mire.