A pesar de que los políticos definen su actividad como “el
noble arte de lo que representa el ejercicio de lo público”—Arturo Aliaga,
Diario de Teruel del 30 de este mes— la verdad es que a mí me da la impresión
de que a la política se han dedicado hasta ahora lo peor de cada casa, la gente
con menos escrúpulos, menos preparación y menos vergüenza. Con notables
excepciones, se podría afirmar que en política están los que no sirven para
otra cosa, gente sin palabra, desmemoriados, sin escrúpulos, mentirosos
compulsivos, que se ríen de los ciudadanos, personas sin honor ni dignidad.
José Ramón Morro, por ejemplo. Pide que Manuel Blasco y Carmen Pobo “abandonen su rol de políticos profesionales
para adoptar el de políticos de verdad, y estén a la altura de los tiempos
dimitiendo de sus cargos y renunciando a sus respectivas candidaturas a las
Cortes de Aragón y al Ayuntamiento de Teruel”. Y todo por la decisión del
Gobierno aragonés del PP de conceder el
grado de Magisterio a la Universidad católica, apostólica y romana de San
Jorge. Razón no le falta a Morro. Pero don José Ramón solo ve con un ojo y solo
piensa con medio cerebro. Si no estuviera cegado por el fanatismo partidista y
la ambición de seguir viviendo del cuento, se habría percatado de que su
partido también está plagado, infestado, contaminado y podrido de políticos
profesionales que no están ni han estado a la altura de los tiempos y que no
han renunciado a nada. Ejemplos, a espuertas. Guillén, Arrufat, Larred, Mayte
Pérez, Javier Velasco. Todos estos, que igualan o superan a Pobo y Blasco,
tanto en años de permanencia como en ineptitud, ni han dimitido ni dimitirán. Y
motivos para ello, a puñados: desde los desmanes en Plaza, la modificación del
artículo 135 de la Constitución, los ERE de Andalucía, las tarjetas de Bankia,
la ruinosa gestión de algunas cajas de ahorro, la reforma laboral del Zapatero,
el desastre del paro durante sus mandatos, la mierda de las lucecicas del
Torico, la otra mierda de la plaza Domingo Gascón y cien más. El propio Morro
debería renunciar a su puesto de candidato y dedicarse a sanear su partido
antes de pretender gestionar el Ayuntamiento.
Evaristo Torres Olivas
Los profesionales y el noble arte que representa el ejercicio de lo público
2 comentarios:
La Universidad San Jorge se creó bajo el mandato de Marcelino Iglesias (PSOE), con Alberto Larraz (PSOE) como consejero de Ciencia, Tecnología y Universidad.
Mucho morro es lo que hay.
Creo que los turolenses no deben votar al PPSOE, por lo que tu bien nos recuerdas. Además con Teruel siempre ha habido ese puntito de desprecio y de soberbia que, nuestros representantes no han querido o podido enfrentar adecuadamente. Al contrario, han sido la voz de su amo( nunca mejor dicho) en esta grandiosa democracia española, injusta,corrupta y ya decadente.
ARB
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