Hay veces en que uno debe morderse la lengua. Si yo dijera
todo lo que pienso y siento acerca de los miembros del clan Pujol que aparecen
a continuación, seguramente agotaría el repertorio de los mayores insultos en
todos los idiomas, incluido el catalán. Son personas que me producen asco. Los desprecio, me entran arcadas solo de
verlos. Probablemente, me saldría un texto ilegible, soez, con regüeldos de
bilis, escupitajos de sangre y brochazos de mierda. Por ese motivo termino aquí
la columna de hoy.
Evaristo Torres Olivas
martes, 3 de marzo de 2015
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2 comentarios:
Pues sí. En Cataluña. Aquí me temo que tenemos otros pero como la prensa es suya no podemos verlos publicados, ni van a las cortes ni nada de nada. Es lo que tiene que pacten una y otra vez entre unos y otros. Eso los hace cómplices mutuos de correrías que se deben a la Ley del Silencio.
Clanes de este tipo los hay, en mayor o menor medida, en cada ciudad y en cada pueblo de España. Todos los conocemos, están ahí desde siempre, en el entorno de las esferas del poder, sea éste del signo que sea, haciendo valer sus influencias. Por eso cuando emerge una una nueva opción, que parece (o parecía) fresca, y dice que va a acabar con la casta, el discurso cala y todo lo demás no importa.
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