miércoles, 18 de febrero de 2015
Los funcionarios y las almorranas
Si se repasan las listas que presentan los partidos a
cualquier elección, ya sea de ayuntamiento, comarca, provincia, autonomía o nación,
encontraremos que todos los puestos con posibilidades de ser elegidos están
ocupados por funcionarios. El PSOE de Teruel acaba de presentar su lista para
el ayuntamiento y el primero es Morro, un funcionario a quien sigue una
funcionaria, a quien sigue otro funcionario. No es que piense que los empleados
públicos no deban presentarse a las elecciones, sino que los partidos, al igual
que intentan recoger con sus listas cremallera la presencia igualitaria de
mujeres y hombres, deberían reflejar la diversidad de empleos de la sociedad.
No todos los empleados son funcionarios y sin embargo los políticos son funcionarios
en un altísimo porcentaje. El motivo de este desequilibrio hay que buscarlo en
lo “brutal” de nuestro mercado de trabajo. Un empleado de una empresa privada
que se mete en política pierde su puesto de trabajo; a un funcionario se le
reserva el puesto, se le respeta la antigüedad, los trienios y cualquier otro
derecho. El funcionario que no es elegido o que deja la política siempre puede
volver a su plaza de subdirector adjunto a la vicepresidencia de la
subdelegación, mientras que el no-funcionario que deja la política se queda, en
muchos casos, sin trabajo. Y si se trata de un miembro de un partido de
izquierdas como IU u otros, las posibilidades de encontrar un trabajo en la
empresa privada son nulas. El argumento que se suele utilizar de que el no
ejercicio de ciertas profesiones durante un periodo prolongado de tiempo hace que
se esté desfasado y que se sea menos productivo, debería ser igualmente válido
para un médico, una profesora, un electricista o una programadora que ejercen
en una empresa privada o en una pública. No se entiende que un censor como
Arrufat después de tantos años dedicados a ocupar sillones políticos no
sirviera para ser veterinario en una empresa privada pero sí estuviera
capacitado para ocupar su plaza de veterinario funcionario en la Diputación. De
todas maneras, me alegro de que el censor Arrufat sea veterinario y no médico
del Polanco. Pobrecillo al que tuviera que operar de almorranas después tantos
años dedicados a no se sabe qué en la política.
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A samugazos
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6 comentarios:
la propuesta de renovación de la dirección del psoe en Teruel y que están votando o no las agrupaciones locales es maite perez,guillen y arrufat
El politburó de siempre, a lo Brézhnev. ¡Avanti la gerontocracia!
Seguro que encastran a algún treintañero incauto en las listas para poder decir aquello tan viejo y manido de "una candidatura que aúna experiencia y renovación". Alguno a quien camelarán con la cosa esa de: "Hijo mío, todos estos votos que aquí ves algún día serán tuyos". !Qué descojone de partido! Si Pablo Iglesias (el de verdad) levantara la cabeza...
Aquí en Teruel tenemos un problema: que nos conocemos todos. Viendo la gente que va en la candidatura al Ayuntamiento de Teruel, tengo clara una cosa: sé a qué partido no votaré.
¡Qué plantel! Parece un desguace.
Después de leerlo dos veces se me escapa el "conceto" almorránico.
Y no se si pides que a los funcionarios se les quiten los derechos, o que se les aumente a los demás mortales.
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