“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 19 de mayo de 2014

La canción del Cola Cao y la mansión de Barbie

“El debate político entre un hombre y una mujer es muy complicado porque si el hombre demuestra superioridad intelectual o la que sea da una impresión machista  ante una mujer indefensa". Lo anterior es más o menos lo que dijo Arias Cañete después del “debate” con Elena Valenciano. Y la que se ha montado. Parece que la gente se extraña de que en el PP sean machistas (tanto hombres como mujeres). La derecha lleva el machismo en los genes, al igual que los tigres tienen rayas, las ranas poderosas ancas, los Austrias mandíbulas prominentes y los Borbones afición a cazar elefantes y osos. Pero el PP y el PSOE también llevan otras cosas en los genes: la falta de respeto a los ciudadanos, por ejemplo. Querer hacer pasar por debate lo que era una farsa requiere mucha jeta y mucho cinismo. Arias Cañete y Valenciano no debatieron ni contestaron a las preguntas de la periodista María Casado. Los temas, las intervenciones, todo había sido previamente pactado, programado y amañado para que lo recitaran dos pésimos actores. Que a un carca como Cañete no le molestara que una brillante periodista como María Casado se limitara a ser un florero, se entiende, pero que Elena Valenciano, que va de progre, permita que una periodista se vea obligada por imposición de los pactos PP-PSOE a desempeñar un papel de comparsa, es vergonzoso; tanto como si se obligara a la soprano Ainhoa Arteta a cantar la canción del Colacao o a la arquitecta Zaha Hadid  a proyectar la mansión de Barbie. Pero, además, tanto Cañete como Valenciano, y los aparatos de los partidos que los presentan, han demostrado su desprecio  hacia los ciudadanos. Nos dan gato por liebre, mortadela de olivas a precio de jabugo, una comedia bufa por debate. Si se quiere representar a los ciudadanos en las instituciones, hay que presentarse ante ellos sin trampa ni cartón, sin artificios, sin sucedáneos, a pelo. Solo los tahúres tramposos y los malos políticos recurren a las fullerías. Y es que el PP y el PSOE se parecen más a tugurios de juego clandestino o a barracas de feria que a organizaciones serias al servicio de la democracia y del bien común.

Evaristo Torres Olivas

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y acaso se podía esperar otra cosa? El PP y el Psoe son lo que son. A pesar de hacer lo mismo siempre, hay gente que piensa que no lo harán en el futuro.
¿En qué se basan para pensar que van a cambiar? Si mañana no hay un cataclismo en nuestra galaxia o similar, saldrá el sol.
¿Qué sentido tiene esperar que el PPsoe vaya a cambiar a mejor, así sin más, de la noche a la mañana? O en un período más largo, da igual, si no les es necesario -entienden ellos- ¿para qué van a tratar mejor a la población?

La gente, en realidad, no exige democracia (de ningún tipo). La llamada democracia y sus conceptos satélite la llevan sobando con sus palabras en los medios hasta la saciedad, pero lo que verdaderemente se vende a la población, aunque casi nunca se diga, es resignación. "Cállate", "es lo que hay", "proteste, pero no moleste". Estos son los mensajes que también se transmiten simultáneamente por los medios a la población mientras de palabra suenan las habituales mentiras o la cháchara hueca.

Sin necesidad de haber metido la mano en la caja o cosas peores, el 99% de los políticos de un cierto rango son delincuentes sociales, pues su existencia, su actitud y su normal actividad es una continua burla y estafa al grueso de la población.

Si cualquier persona va a comprar verdura a una tienda y casi siempre la encuentra fea, pocha o en mal estado, no vuelve, e incluso a lo mejor, indignada, les afea su actitud o los denuncia. Con la política no. Aunque el producto esté podrido, aunque la persona sepa que la mierda de los zapatos de los partidos se la están limpiando en su ropa mientras la lleva puesta, aunque le mientan, aunque le agredan, aunque le humillen... todo da igual: cuando llegan las elecciones no es capaz, siquiera, ni de comprar otro producto o no consumir esos productos, va y compra los partidos de siempre. Parece un síndrome de Estocolmo. No es la única causa, pero alguna base psicológica, alguna pauta habitual en el comportamiento humano provocado por el subconsciente debe tener, porque sino no es comprensible.

Anónimo dijo...

- Cañete: más vale estar callao y parecer tontico que abrir la boca y demostrarlo.
- Valenciano: Enhorabuena!, lograste desenmascarar a Cañete, a la derechona, a los rancios y casposos de siempre. Ahora a por la batalla de la igualdad, que hay estamos estupendos; las Europeas en el fondo, a ¿quién interesan?
- Propuetas para mejorar desde Europa la vida de los españoles: .....-----¿?

Anónimo dijo...

Pues nada, habrá que votar otra vez a Guilli Meller.

Abogado dijo...

No sólo el PP y el Psoe, si no todos los partidos que están en este sistema. Los candidatos representan al partido y no al ciudadano. Por eso la solución es la Abstención Activa, es decir, NO VOTAR por que, con el voto, no eliges a nadie si no que ratificas lo que las cúpulas de los partidos han elegido. Con la abstención se deslegitima el sistema y es lo que los políticos no quieren para poder seguir chupando de la vaca a base de corrupción.

Anónimo dijo...

Yo me quedo con el juez Silva

Anónimo dijo...

Pues yo estoy convencido de que la machada de Cañete estaba en el guion. A las mujeres del PP les encantan los hombres que se visten por los pies. Si había alguna desinflada por la modorra de Rajoy, la testosterona de Cañete la ha vuelto a poner. Todo está calculado.

Anónimo dijo...

Muy de acuerdo con Abogado.

Actuar, pero no votar.