El futuro es de las mujeres. Sé que generalizar no es bueno
y que de unas pocas constataciones no se
pueden extraer conclusiones con validez universal. Pero si mis observaciones
coinciden con otras realizadas con más rigor y con una metodología científica,
entonces sí que se pueden formular conclusiones como la primera frase de esta
columna.
Basta consultar las encuestas del ine (Instituto Nacional de
Estadística) para comprobar que el fracaso escolar es mayor en los hombres que
en las mujeres, en todos los niveles educativos. Hay más mujeres matriculadas
en la universidad y se gradúan más chicas que chicos; también obtienen las
mujeres mejores notas.
Hasta aquí los datos
objetivos, contrastados, fiables. Ahora veamos los míos, que no son ni tan
metódicos ni se basan en una población tan extensa como en las encuestas del
ine. Sábado de diciembre por la tarde.
Exposición de fotografía en un pueblo de
Teruel de menos de 1 000 habitantes. El número de mujeres que visitan la
exposición triplica al de los hombres. A la misma hora, en tres bares del
pueblo, observamos: en uno, cinco
hombres juegan a los dados, otros cinco, en la barra delante de unas cañas, y
tres sentados en una mesa viendo un partido de fútbol en la tele. Mujeres: una,
la camarera. En el siguiente bar, dos mesas con cuatro hombres cada una. Están
jugando al guiñote. Gritan y dan unos puñetazos que tiembla el misterio. Otros
cuatro discuten, uno se instruye mirando la chica semidesnuda de la
contraportada de As. Mujeres: una que ha entrado a comprar un décimo de
lotería. En el tercero, más tíos jugando al guiñote y una sola mujer, la barwoman.
En el club de lectura, doce mujeres y un hombre. En la
biblioteca, un miércoles a las 6 de la tarde, ocho mujeres aprenden
informática. A esa misma hora, en los bares los hombres siguen jugando al sota,
caballo y rey y mirando la contraportada de As. Un martes diez mujeres y un hombre
asisten a la conferencia de un psicólogo. En el bar, los hombres siguen jugando
a las cartas. En una mesa pintan bastos; en la otra acaban de cantar las
cuarenta. Lo curioso es que el campeonato
de guiñote de las fiestas patronales lo ganaron dos mujeres. Mientras ellos se
acodan en la barra, ellas bailan solas.
4 comentarios:
Conclusión:
Buen pueblo para hacerse una casica y vivir.
Guiñotico, cervezas y cañicas.
Lo adivinas ? so hombre.
Pero irán al huerto!
Joder Evaristo te van a echar del pueblo, solo por que es verdad.
Buena reflexión de la vida en el pueblo para algunos.
La conclusión: las exposiciones de fotografia tienen más futuro que jugar al guiñote,jugar a los dados, tomar unas cañas o ver un partido de futbol. Pero me parece que esta conclusión es errónea.
Juagar al guiñote es cultura; jugar bien es alcanzar la perfección.
FELICES FIESTAS!
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