“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 4 de noviembre de 2013

¡Qué negro está todo!

El mundo es una porquería. Del tamaño de una catedral gótica. Te levantas por la mañana, dispuesto a empezar un nuevo día con energía y con  alegría tomando los cereales esos de los anuncios, enchufas la radio para saber qué ha pasado en el mundo mientras  dormías, y a los cinco minutos ya estás cabreado como un mono o como una mona, que no sé cuál de los dos se cabrea más. Todo aquello que creías sólido se  cae como un castillo de naipes, las casas que construía Jesús Gil o el Real Zaragoza la temporada pasada.
Primero te enteras de que el Premio Nobel de la Paz, el del yes, we can, es un cotilla de narices. Obama, la gran esperanza negra, quería saber todos los secretos de Merkel, Hollande e incluso de Rajoy (que ya hace falta ser cotilla).  Nixon, por menos, tuvo que dimitir. Pero claro, en Estados Unidos lo que se hace fuera de sus fronteras, ya sea bombardear un hotel donde se alojan periodistas o volarle la cabeza a los enemigos de sus amigos dictadores en Sudamérica, y hacer que parezca un accidente, no es delito. Watergate, malo, Operación Cóndor, bueno.
En segundo lugar, te enteras de que una infanta de España, la hija de nuestro rey, firmaba contratos en los que se alquilaba a sí misma su casa. Y con el dinero de una fundación, llenaba, supuestamente, las bodegas de su chalé con vinos de Rioja. ¿Para qué ha servido que entre todos los españoles, con nuestros impuestos, le pagáramos una buena educación en los colegios más caros y prestigiosos?
 Finalmente, escuchas que un expresidente del Gobierno, de nombre Felipe González, crea una fundación para estudiarse a sí mismo. Él la preside y su hija es la secretaria. Podría haberle entregado todos sus archivos y fotos a una institución ya creada,  la Fundación Pablo Iglesias, pero, claro,  como esa la dirige Alfonso Guerra, habrá pensado que su antiguo vicepresidente, como no se tragan, habría sido capaz de pasar todos los documentos por la trituradora.
Ya ven, un presidente americano cotilla, una infanta española que firma contratos en la que ella es arrendadora y arrendataria de su propia casa, y un expresidente con un ego hipertrofiado. Los que deberían dar ejemplo.  Está todo muy negro.

Evaristo Torres Olivas
La familia Obama se dirige a la misma del domingo. ¿Habrá confesado don Barack a su familia y al pastor de sus Iglesia que es un cotilla de tomo y lomo?

1 comentario:

Trallero dijo...

Parece ser que han espiado hasta la intercesión del Espíritu Santo en la elección de Bergoglio como Papa. Y no se ha enterado ni dios.