“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 12 de noviembre de 2013

Periodismo de la señorita Pepis (V)

Escribía el director de cine y guionista David Trueba en un artículo reciente que “quien gana las elecciones se queda con los telediarios”. Aplicado a Teruel, podemos decir que quien gana las elecciones se queda con el Diario de Teruel. Añadía Trueba que muchos políticos que se las dan de liberales, en materia de información se convierten en unos “intervencionistas radicales, entregados a una inepta manipulación que a la larga hunde el invento”.
Cuando mandaba el PSOE en Teruel, Arrufat era el censor o inquisidor que concedía el nihil obstat para escribir en el Diario.  Tenía el poder para decidir qué se podía decir y qué no. Lo mismo sucede ahora con Pobo en la presidencia de la Diputación: como manda el PP, se escribe lo que sus censores autorizan.
Podrían los censores Pobo y Arrufat prohibir las chapuzas, los textos mal escritos, las faltas de ortografía, la falta de rigor. Pero claro,  eso sería como pedirle un mate a un enano en una cancha de baloncesto de la NBA.  Lo que prohíben es la expresión de ideas contrarias a la suyas y la entonación de canciones que no sean el cara al sol de su partido.
Paradójicamente, consiguen el efecto contrario al deseado: aquello a lo que se prestaba poca atención, al prohibirse se convierte en algo que todo el mundo quiere leer. Basta con que se prohíba una película, aunque sea mala, para que la gente se vaya a verla a Perpiñán y la convierta en una obra de culto. Cuando dejé de escribir en el Diario, por obra y gracia del censor Arrufat, mucha gente que no me había leído nunca empezó a leerme en el blog. Y es que los humanos somos no sé si morbosos o curiosos, o ambas cosas. No hace falta ser muy lince para saber que se venderá diez veces más un libro que lleve por título Fotos prohibidas de Letizia, de Esperanza Aguirre o de Felipe González, que otro que no lleve la palabra prohibido en el título. Yo incluso compraría el libro de las fotos prohibidas de Arrufat o de Pobo. Aunque en el caso de Arrufat, y lo digo con toda franqueza,  lo miraría con un solo ojo y acojonado.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

El Juzgado de Teruel ha declarado nulo el despido de la delegada de CNT en Medio Ambiente. Ya veremos cuánto espacio le dedican los del DDT a esta noticia que perjudica al PAR.