“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 19 de noviembre de 2013

Jaritos

A mi amigo José Luis le gustan mucho los libros del comisario Jaritos, escritos por Petros Márkaris. A mí también.  Le doy las gracias a José Luis por hablarme de ese autor y de Kostas Jaritos, un madero griego honesto. Si en lugar de llamarse los personajes Nikitas Zisimópulos, Stravrópulos, Korasidis o Petroyannis, se llamasen Juan García, Nicolás Pérez , Carvalho o Rodriguez,  y las calles y plazas se llamasen Puerta del Sol, plaza de Cataluña o paseo de la Castellana en lugar de plaza de Sintagma, plaza Omonia o avenida de Vasileos Konstantinou, perfectamente podríamos estar en Barcelona o en Madrid, en lugar de en Atenas. Porque todo lo que se nos cuenta, tanto lo bueno como lo malo, de la sociedad griega es perfectamente homologable a la española. Nos parecemos como dos gotas de agua. A diferencia de otras historias de novela negra que se desarrollan en Estados Unidos, o en Europa del Norte, con sociedades y costumbres muy diferentes a las nuestras. Aquí todo es reconocible, desde la comida a la afición a defraudar a Hacienda, el nepotismo, los constructores chanchulleros y los banqueros chorizos. 
Márkaris, que es escritor y economista, aprovecha sus novelas negras, además de para entretenernos con las investigaciones de Jaritos, para explicarnos cómo funciona la sociedad griega. Quien quiera entender la crisis económica que padecemos los países de Europa del Sur, no encontrará mejor manual  que los tres últimos libros de Márkaris que  llevan por título Con el agua al cuello, Liquidación final y Pan, educación, libertad. Disfrutará además  de las habilidades deductivas del comisario Jaritos, de los tomates rellenos de su esposa Adrianí, de la bonhomía de Zizis, la inteligencia de tres mujeres: Katerina, Kula y Maña. También disfrutará de los paseos en coche por las calles atascadas de Atenas, que el comisario se esfuerza en nombrar para que podamos aprender Historia de Grecia, antigua y moderna,  si nos molestamos en mirar en el Google los nombres. Y aprenderá, finalmente, mucho vocabulario, porque Jaritos es lector empedernido de un solo libro, el Dimitrakos, algo así como el María Moliner griego.

Evaristo Torres Olivas

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