“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 28 de octubre de 2013

Arrufatadas

Llamo arrufatadas a las astracanadas de Arrufat en el Senado. Este parlamentario,  anteriormente presidente de la Diputación, eterno alcalde de un pueblo de cien habitantes y censor, es el claro ejemplo de que para político vale cualquiera. En política no tienen ventaja los más listos ni los más expertos sino los que designa el dedo de los que mandan, que suelen ser los que aparecen en las listas, en una especie de círculo vicioso: yo mando y me elijo para mandar. Como parlamentario, don Antonio Ernesto—así consta en la ficha de la institución—es un desastre. No está dotado el hombre para la oratoria. Ni conmueve, ni deleita ni persuade: su elocuencia es nula. No sirve ni para subastador de ganado en una feria de pueblo. Pero ahí lo tienen, haciendo el ridículo, leyendo textos que no entiende. Esto es lo que dijo la semana pasada en una intervención en el Senado: 

    “Seguro que dentro del Partido Popular hay gente más cualificada que la que trabaja en el Ministerio de Industria y esto se demuestra observando los tijeretazos en los presupuestos, la ausencia de estímulos de carácter estructural que redundan en la creación de empleo y la baja participación en el PIB que es una de las causas por las que se genera desempleo”.

He separado el texto para que puedan ustedes leerlo cómodamente. Si son capaces de entender algo, les ruego que me envíen un comentario y así podré yo enterarme de lo que cuenta el senador (o cenador, que lo he visto comer y tiene buen apetito, especialmente cuando recorre los pueblos en fiestas, gratis total). Por lo visto, observando unos tijeretazos en unos presupuestos, se puede deducir que en el Partido Popular hay gente más cualificada que la que trabaja en el Ministerio de Industria. De donde se podría deducir que para estar  más cualificado hay que estar dentro del Partido Popular y que la gente del Ministerio de Industria no está dentro del PP.  También hay que “observar”, según Arrufat, “la ausencia de estímulos de carácter estructural”. Que alguien me explique cómo se puede observar la ausencia de algo. Pero aunque se pudiera observar, yo no sabría dónde mirar porque no sé qué es un estímulo de carácter estructural. Finalmente, no se sabe si esa ausencia es buena o mala: por una parte, redunda en la creación de empleo, pero por otra, es la causante de la baja participación en el PIB que, a su vez, genera desempleo. En resumen, que la ausencia crea empleo y genera desempleo.
Seguro que dentro del Partido Socialista de Teruel hay gente más cualificada que la que enviamos al Senado, pero como los que mandan se eligen a sí mismos para mandar, siempre mandan los mismos. Los que cuentan arrufatadas.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni Vicente Larred