Hay que tener mucho valor para tragarse una entrevista a
Zapatero. Una entrevista de más de una hora. Yo no la vi en directo el pasado
domingo en La Sexta. No tuve huevos. La he visto a trozos en Internet.
Levantándome y saliendo a la terraza cada diez minutos, para no quedarme frito
en la silla.
Cuando se piensa que Zapatero ha sido el presidente del
Gobierno durante siete años, que ha estado siete legislaturas de diputado, se
le caen a uno los palos del sombrajo. Porque cuando estaba rodeado de asesores,
cuando le preparaban lo que tenía que decir, aun medio disimulaba, pero ahora
que se enfrenta solo, tal cual, a una entrevista de una hora, aflora toda su
ignorancia y mediocridad. Lugares comunes, análisis y opiniones de inferior
nivel a los que se pueden encontrar cada mañana en cualquier barra de bar. Y si
se piensa que a Zapatero lo votaron más de once millones de ciudadanos, entran
ganas de pedir la independencia de Villarquemado y dejar de ser español. El
problema es que en mi pueblo también lo votaron mayoritariamente.
No me extraña que Rubalcaba insista en querer presentarse de
nuevo como candidato en las próximas elecciones. Al lado de Zapatero, don
Alfredo es un sabio, una eminencia, un Einstein de la política.
En la entrevista, además, Zapatero tampoco contesta a lo que
se le pregunta. El motivo por el que estaba en la tele era para promocionar un
libro que ha escrito sobre su paso por la Moncloa, y cada dos por tres remitía a su libro para
conocer la respuesta a las preguntas. Ya ven, un señor mediocre que ha estado
cobrando del Estado en los últimos 25 años o más, que sigue cobrando un
sueldazo como expresidente y miembro del Consejo de Estado, que tiene coche
oficial y ayudantes, pagados por nosotros, y que encima cobrará un pastón de
Planeta por contar cómo hundió el país.
Pero si el nivel de Zapatero es ínfimo, imaginen cómo es el
de nuestros políticos socialistas turolenses. Guillén y Yolanda Casaus decían
cuando gobernaba Zapatero que era el mejor presidente que ha tenido España.
Ya saben, si quieren castigar a sus hijos por su mal
comportamiento, no les dejen sin postre o sin la PlayStation. Oblíguenles a
tragarse entera la entrevista a Zapatero. Y a leer el libro de don José Luis.
Pero no lo compren. Pídanlo prestado a Mayte Pérez o a Javier Velasco. No
colaboren en enriquecer a un político de cuarta división.
Evaristo Torres Olivas
Además de cobrar el sueldo del Estado, Planeta les proporciona unos ingresos adicionales a estos grandes hombres: José, José María y José Luis. Tres tenores. Tres eminencias.
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