Ya han pasado las fiestas de la Vaquilla. Si de algo me
alegro de que hayan terminado es de que nuestras autoridades dejarán de pronunciar tonterías durante unos días.
Nuestro alcalde Blasco se lleva el primer premio en el difícil arte de contar
muchas bobadas en poco rato. Una detrás de otra. Un crack. Es el campeón de las frases hechas y las sentencias sin
sustancia. Sirvan estos ejemplos de una entrevista que le han hecho durante
estos días: “Gracias a la Vaquilla se nos conoce de una manera muy simpática en
el resto de España e incluso en el extranjero”. Está comprobado: en el extranjero, que es
mucho más grande que España, están locos por la Vaquilla de Teruel. Creo que se
va a pedir que se la considere patrimonio inmaterial de la humanidad. Y si eso
no cuela, pues que la incluyan en el
Guinness como la fiesta que genera más cantidad de mierda por habitante. Y los precios más abusivos, porque que te
soplen cinco euros por un vaso de plástico con tres cubitos de hielo, cuatro
gotas de ginebra y un chorretón de tónica desbravada es un atraco. Otra de las
sentencias de nuestro querido alcalde en esa entrevista nos informa de que “gracias a nuestro característico atuendo
todos somos iguales”. Sí, por los cojones. Nada de redistribución de la renta
ni políticas sociales ni otras
chorradas: la solución a la desigualdad está en el traje. Que uno se queda sin
trabajo, le echan del piso y no tiene para comer, no debe ser motivo de
preocupación: se pone el traje de vaquillero y nadie notará que es pobre. Una
solución barata y muy eficaz. Lástima que lo de poner a todos el mismo traje
también lo hacen en Corea del Norte (allí incluso les dicen cómo han de
cortarse el pelo, para que no haya diferencias); si no fuera así, a Blasco le darían el Nobel de Economía. La
presidenta de la Diputación, Carmen Pobo, tampoco se queda atrás en su
capacidad para lanzar al aire sandeces; en una entrevista sobre las fiestas de
la Vaquilla afirma que en Teruel “tenemos un punto fuerte fundamental: los
turolenses. Nuestro carácter acogedor, hospitalario y afable es algo que
siempre cautiva al visitante”. Doy fe: en España y en el extranjero no hablan
de otra cosa. ¡Joder, qué tropa!
Evaristo Torres Olivas
Tome un vaso de plástico, de los que ponen en los chiringuitos de las fiestas; eche tres cubitos de hielo gordos, añada una rodaja de limón; llénelo de agua . Ahora, trasvase el contenido, sin el hielo y sin el limón, a otro vaso y podrá comprobar la cantidad de líquido que le venden por cinco euros. Si una botella de Larios de un litro cuesta 10,82 euros y un litro de tónica Schweppes 1,50 (a ellos, al comprar en mayoristas, seguramente les costará menos), calculen cuántos cubatas como el anterior se pueden servir. Multipliquen por 5 y resten el precio de la ginebra y de la tónica. Calculen el margen de estos ladrones. Entonces, tal vez entiendan por qué los chavales hacen botellón.
5 comentarios:
Menudo latrocinio el de las barras, y encima el servicio de limpieza del local, sanitarios, etec, se lo hace gratis el Ayuntamiento.
Sí, y encima las camareras y camareros cobrando una mierda para mayor gloria del bolsillo de los empresarios hosteleros turolenses.
Todos los ayuntamientos turolenses de la "democracia" están y han estado dispuestos a poner dinero del bolsillo de todos para favorecer el lucro privado de los cuatro empresarietes... pero, concretamente, con los hosteleros... ahí si que ya les falta la alfombra roja y una partida fija todos los años para satisfacer sus múltiples demandas; siempre, por supuesto, vestidas con el interés general cuando su único interés es engordar sus ya jugosas cuentas corrientes.
En Teruel "los empresarietes de todo pelaje":hosteleros, comerciantes y demás ralea han robado desde hace décadas. Primero a los paletos de los pueblos que por cuestiones comerciales,médicas, burocráticas o académicas no tenían más remedio que acudir a la capital. Ahora a todo el el se ponga a tiro: autóctono o forastero.
Cada vez que oigo o veo las, cada día más abundantes, campañas promocionales de las Asociaciones de Comerciantes y hosteleros me pongo malo pensando que en un reputado comercio me pedían 70 euros por un mismo pantalón que en Zaragoza costaba 35 euros.
Es normal que la gente se vaya a comprar fuera si con la compra de un pantalón amortiza el viaje.
Ahora se habla mucho de la corrupción política. ¿ No es corrupción tambien lo que acabo de exponer?
Doy fe: aquí han sacado hasta especiales de la Vaquilla.
Este es para el "paleto de ciudad" Anónimo del 11 de julio.
A los de pueblo no nos cobran 70 € por unos pantalones. Solo si los queremos pagar.
Me fastidia mucho la actitud de toda esta gente que se cree que, por haben nacido en capital de provincia,menosprecia a todo el que (erróneamente piensa) ha nacido con menos saber, en cualquier otra parte que no sea capital de provincia. Eso si es de bobos, necios e ignorantes
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