Evaristo Torres Olivas
viernes, 5 de abril de 2013
El Tato y veinte más
La Cerollera es un pueblo con 105 habitantes censados. Y si
siguen la práctica de otros pueblos que yo me sé, de esos 105, más de 30 (de los que pueden votar) están
empadronados pero no viven en el pueblo. Su presencia se debe a las artes de algunos
alcaldes para convencer a un puñado de buena gente o de adeptos a su causa y
así obtener un manojo adicional de votos
para ganar las elecciones. A Arrufat le ha dado resultado. En las
elecciones municipales del 2011, el censo de votantes era de 83, votaron 74
y 57 de ellos eligieron al censor. En
2007 obtuvo 53 votos y en 2007 otros 57. Esa es su legitimidad democrática,
entre 53 y 57 votos. No se rían, que representa el 80 por ciento de los votos.
Pocos dirigentes pueden presumir de arrasar de esa manera. Habría que ver, no
obstante, cuántos de esos cincuenta y
tantos votos proceden de familiares, parientes y amigos. Pongamos que dos
docenas. Un voto procede del propio Arrufat, que no va a votar a otro pudiendo
votarse a sí mismo. Y cuatro votos más de las personas que acompañaban a
Arrufat en la lista electoral. Tampoco sería descabellado pensar que tres o
cuatro le votaran al tuntún, porque les
da lo mismo PP que PSOE (los dos únicos partidos que se presentaban). En resumidas cuentas que publico en resumidos
cuentos: al censor le votan el Tato y una veintena, como mucho, de valientes. Y
con ese puñado de votos, que son pocos pero que deben de ser muy gordos y pesar
mucho en la balanza que tiene el PSOE para repartir cargos, Arrufat fue
designado presidente de la Diputación de Teruel e incluido en la lista del
Senado, esa institución en la que se cobra mucho, se trabaja poco y lo poco que
se trabaja no sirve para mucho. Arrufat fue elegido para el Senado porque la
lista de candidatos se ordena por orden alfabético y don Antonio tiene la
suerte de que su apellido empieza por A. La misma suerte que tiene Bárcenas,
que como dice el expresidente de Cantabria, el populista Revilla, “es un cunero
nacido en Almería, lo presentaron aquí y al apellidarse Bárcenas batió un
record de votos sin haber venido nunca, lo cual habla bastante bien de la
perversión de la política". Creo que ha quedado claro por qué al censor no
le tengo ningún respeto como político, y que cada vez que asista a algún acto en el que
él habla, al igual que reza la letra del bolero, “entonces yo daré la media vuelta y me
iré con el sol cuando muera la tarde". Y además me echó del Diario de Teruel, el
muy…censor.
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A samugazos
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1 comentario:
Los votos se ganan engañando, "educando" y rellenando los cerebros de la gente con los "valores" que convienen a los poderes económicos y políticos.
De ahí las masivas votaciones y apoyos a partidos, sindicatos y otras muchas organizaciones cuya mera existencia y, por supuesto, sus acciones cotidianas, perjudican de manera brutal, clara y directa a la mayoría de la población.
Todos los días, consciente o insconscientemente, recibimos una buena ración, destinada a inculcar unas cosas, a aprender a detestar (sin conocerlas) otras y, en buena medida, a saturar nuestras mentes con contenidos variados sin valor alguno para el individuo, pero que sirven para colmar la capacidad de absorción y de atención de cada persona, no dejando sitio -a efectos prácticos- para nada más.
Por supuesto, este metodo de control social es afortunadamente imperfecto y hay gente que, al menos parcialmente, consigue mantenerse a flote conociendo, leyendo y siendo crítica. No obstante, el método es más que suficientemente eficaz para que todo siga en manos de los de siempre e igual (casi) que siempre, pero con la importante diferencia que buena parte de la población piensa que es libre o casi, casi... . Lo cual redondea el atropello y la estafa. Aunque el número de personas desafectas fluctúe, consiguen mantenerlo en unos números adecuados para que criminalizando y repartiendo estopa les baste para mantenerlos a raya.
Todo esto va, porque si bien es ridículo el número de votos y su origen que "avalan" a este senador, lo mismo da que al que han votado un millón de personas. Es anecdótico, pues el fondo de la cuestión es que, en la práctica, todo se limita a repartir y controlar entre quienes ellos mismos consideran que deben estar ahí o lo están desde siempre; mientras, los de abajo, unos más y otros menos pero todos, a menudo nos enredamos en debates sobre los detalles del tinglado mientras este relumbra potente, desborda salud... y mantiene nuestros cuellos agarrados con mano de hierro.
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