“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 26 de marzo de 2013

Salir de la miseria

 
La Iglesia tiene muchas propiedades. Una de ellas, escatológica, que no quiere decir que sea una mierda, sino que se ocupa de las cosas del más allá. También tiene otras propiedades: es Una, Santa, Católica y Apostólica. Pero las mayores propiedades que tiene la Iglesia, y que no tienen nada que ver con el más allá sino con el aquí y ahora, son los muchos millones de metros cuadrados de terrenos y edificaciones.  La Iglesia es, probablemente,  el mayor propietario inmobiliario de España y también de otros muchos países. Si sus mandamases quisieran, se podía eliminar la pobreza en un pispás. O en un santiamén, que es más apropiado, tratándose de una institución religiosa. A ver si me lee el señor Francisco, el nuevo Papa, y decide aplicar mis sugerencias y así cumplir con el objetivo de su pontificado que tantas veces ha repetido desde su nombramiento: servir a los pobres. Una buena  manera de servir a los pobres es dándoles un piso o un terreno para que se hagan una casa. Imaginen que un banco y unos jueces desahucian a una familia pobre. ¿Qué puede hacer la Iglesia? Además de rezar, regalarle uno de los muchos pisos vacíos  que tiene. Y excomulgar a los banqueros malos. A los ateos como yo, la excomunión nos importa un bledo, pero los banqueros suelen ser muy creyentes y  ante la amenaza de excomunión, igual se echan atrás y deciden aceptar la dación en pago, con lo que con el piso que les regale la Iglesia y liberados de la carga de tener que pagarle al banco, la familia de pobres puede salir adelante. Empiezan a consumir, reactivan la economía y todo gracias a la Iglesia de los pobres del papa Paco. Pero es que además habría una ventaja adicional, de las que  les gustan a los curas: los miles de pobres a los que la Iglesia sacara de la miseria, si no eran creyentes, lo más probable es que les entrara la fe y pasaran a engrosar las filas de la grey. Sacar a los necesitados de la pobreza sí que sería un verdadero milagro y no las gilipolleces de las apariciones a pastorcillos analfabetos, brazos incorruptos o las tontadas que se inventa la Iglesia para hacer santos a escrivás , balagueres y teresas de Calcuta.

Evaristo Torres Olivas
Somarro incorrupto de santo

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