Lo mío con Hugo Miquele no es manía. No le conozco de nada.
Hasta que no empezó a garabatear en las
páginas del Diario de Teruel no sabía de su existencia. Afortunadamente. El
ciudadano Miquele es el claro ejemplo del incompetente que medra arrimado al
ascua de la sardina política más corrompida y nauseabunda. No sé qué profesión
tiene el señor Miquele, si es que tiene alguna, pero ha aterrizado en el
periodismo de la mano de Biel y ha conseguido, con una sola columna semanal,
desprestigiar aún más al ya desprestigiado Diario de Teruel. ¿De qué ha servido
tanta remodelación y tanto lavado de cara, cambiar el envoltorio, el
continente, si el producto, el
contenido, es una porquería? Cada día
que amanece, las tontadas de don Hugo crecen. La última, el pasado domingo 17.
En su deposición dominical. Pretende rendir homenaje al fallecido Emilio Eiroa,
miembro del su partido, el PAR, y consigue lo contrario. Escribe lo siguiente:
“Creó una identidad propia hasta entonces articulada en torno a cuatro anatemas
como el trasvase, los bienes de la franja, o el Canfranc, y generalmente reaccionario,
crítico consigo mismo”. Aparte de que la parrafada no tiene sentido, tampoco se
sabe a qué viene lo de llamarlo reaccionario. Ser reaccionario no es ser
crítico con uno mismo. En política, ser reaccionario tiene unas connotaciones
muy negativas. Identifica a las personas que se oponen a cualquier tipo de
avance. No creo que el difunto fuera así. Y si lo era, uno de su partido que
pretende hablar bien de él, se lo callaría. Pero Hugo Miquele no entiende de
esas sutilezas. Ni tampoco de vocabulario. Lo de reaccionario lo identifica con
reacción, y si un avión de reacción va a toda leche, él lo debe de identificar con el expresidente Eiroa: un
hombre dinámico, a reacción. En este Teruel nuestro tragamos con todo: con
políticos mediocres como Arrufat, el censor,
Mayte Pérez, Manuel Blasco o Pobo. Y con gente como Hugo Miquele que
empuercan el oficio de periodista con sus borrones y pintarrajos. Hugo Miquele
es al periodismo lo que doña Cecilia, la de Borja, al arte. Ambos son unos chapuceros. Doña
Cecilia, de buena fe. Miquele, con mala baba.
lunes, 25 de marzo de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario