“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 25 de marzo de 2013

Cada día que amanece…

Lo mío con Hugo Miquele no es manía. No le conozco de nada. Hasta que no empezó a  garabatear en las páginas del Diario de Teruel no sabía de su existencia. Afortunadamente. El ciudadano Miquele es el claro ejemplo del incompetente que medra arrimado al ascua de la sardina política más corrompida y nauseabunda. No sé qué profesión tiene el señor Miquele, si es que tiene alguna, pero ha aterrizado en el periodismo de la mano de Biel y ha conseguido, con una sola columna semanal, desprestigiar aún más al ya desprestigiado Diario de Teruel. ¿De qué ha servido tanta remodelación y tanto lavado de cara, cambiar el envoltorio, el continente,  si el producto, el contenido, es una porquería?  Cada día que amanece, las tontadas de don Hugo crecen. La última, el pasado domingo 17. En su deposición dominical. Pretende rendir homenaje al fallecido Emilio Eiroa, miembro del su partido, el PAR, y consigue lo contrario. Escribe lo siguiente: “Creó una identidad propia hasta entonces articulada en torno a cuatro anatemas como el trasvase, los bienes de la franja, o el Canfranc, y generalmente reaccionario, crítico consigo mismo”. Aparte de que la parrafada no tiene sentido, tampoco se sabe a qué viene lo de llamarlo reaccionario. Ser reaccionario no es ser crítico con uno mismo. En política, ser reaccionario tiene unas connotaciones muy negativas. Identifica a las personas que se oponen a cualquier tipo de avance. No creo que el difunto fuera así. Y si lo era, uno de su partido que pretende hablar bien de él, se lo callaría. Pero Hugo Miquele no entiende de esas sutilezas. Ni tampoco de vocabulario. Lo de reaccionario lo identifica con reacción, y si un avión de reacción va a toda leche, él lo debe de  identificar con el expresidente Eiroa: un hombre dinámico, a reacción. En este Teruel nuestro tragamos con todo: con políticos mediocres como Arrufat, el censor,  Mayte Pérez, Manuel Blasco o Pobo. Y con gente como Hugo Miquele que empuercan el oficio de periodista con sus borrones y pintarrajos. Hugo Miquele es al periodismo lo que doña Cecilia, la de Borja,  al arte. Ambos son unos chapuceros. Doña Cecilia, de buena fe. Miquele, con mala baba.

Evaristo Torres Olivas  
 

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