¿Son conscientes el alcalde y el concejal de lo que hacen? Un alcalde y un concejal
retirando chicles en los porches. Sé que están ahí solo para la foto, como
hacen la mayoría de los políticos. El censor Arrufat, cuando era presidente de
la Diputación sin merecérselo, venía a mi pueblo para fotografiarse haciendo como que plantaba un
árbol en la laguna, se dejaba invitar a almorzar y a comer, y se volvía a
Teruel con su chófer. Al día siguiente aparecía retratado en primera página del
Diario de Teruel con un pie que afirmaba que el presidente de la Diputación había
estado plantando árboles en Villarquemado. Pero lo de estos dos del PP es peor. Observen
al concejal sumiso haciendo como que rasca, bajo la atenta mirada de Blasco que
parece que esté dirigiendo las operaciones. Los dos pasan olímpicamente de los
trabajadores del ayuntamiento que son los que antes de la foto rascaban de
verdad y los que después de la foto seguirán rascando. Pero los protas no son
ellos sino los dos políticos, que en lugar de ocuparse de las responsabilidades para las que
supuestamente fueron elegidos, se dedican a hacer el imbécil en la vía pública.
Nuestro alcalde, que también es senador, y que no se sabe si terminó el
bachiller porque ni en la ficha del Senado ni en la del Ayuntamiento consta ni
formación, ni profesión ni otras actividades que no sean la política. Ya ven,
dos puestazos de, aparentemente, mucha responsabilidad, para los que es suficiente ser graduado en
fracaso escolar. Y va tan sobrado don Manuel que aún le queda tiempo para supervisar la operación Bazoka y
dirigir a su segundo que se llama Segundo de nombre y Pascual de apellido. La
prueba de que don Manuel es un buen profesor y su segundo Segundo un alumno
brillante, nos la aporta lo que afirma este último sobre su trabajo: “Hacemos
una limpieza artesanal, rascando el chicle que está muy pegado al suelo, que
deja un pequeño cerco que después lo repasamos con un cepillo y una máquina
eléctrica. Luego, damos una pasada con agua caliente a vapor que deja el
resultado final”. ¡Y pensar que
a esta gente la elegimos los ciudadanos!
Evaristo Torres Olivas
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