En la fiesta de entronización, o como carajo se llame la
toma de posesión del papa Francisco, ha habido de todo, especialmente mucho
cuento. De nuevo nos han inyectado otra dosis de propaganda sobre la sencillez del señor Bergoglio, que
pudiendo elegir un anillo de oro macizo, lo ha hecho de uno de plata dorada.
También ha habido espacio para la demagogia: en el discurso, mitin, sermón u
homilía, ha largado que hay que acoger
con cariño a toda la humanidad, "especialmente los más pobres, los más
débiles, los más pequeños; esos a los que Mateo describe en el juicio final
sobre la caridad: al hambriento, al sediento, al forastero, al desnudo, al
enfermo, al encarcelado". Pero resulta que en entre las 132 delegaciones
que han ido a hacerle la rosca, no había ningún hambriento, ni sediento, ni
desnudo, sino gente maqueada,
dictadores y otros famosos de dudosa reputación, entre ellos una delegación
española que incluía dos príncipes, un presidente y tres ministros, con todos
los gastos pagados por los españoles. Eso sí, la señoras que son reinas
católicas gozan del privilegio de vestirse de blanco. Las demás, de negro,
falda por debajo de la rodilla y nada de enseñar canalillo. ¡Cuánta gilipollez!
Con lo bonito que habría quedado invitar a unos cuantos pobres, desdentados,
harapientos, sucios y malolientes. Pero a los pobres, la Iglesia solo los
quiere en sus discursos y en sus campañas de propaganda, allí donde no huelen
ni molestan. Todo por los pobres, pero
sin los pobres. Todo de boquilla, que predicar no es dar trigo. La gran farsa,
el espectáculo de lo indecente. Jefes de gobierno de todo el mundo, para
desfilar delante de un señor que ha sido elegido por menos de ochenta personas
de su secta, los mismos que eligen al censor Arrufat en La Cerollera. En el
caso del senador censor, no estoy seguro de si también participa el Espíritu
Santo en forma de paloma (o de cuervo). Es incomprensible cómo los dirigentes
de todo el mundo pierden el culo por besar el anillo del representante de una
institución anticuada, machista, sectaria, opaca, que se dedica a prohibir el
uso de condones, los matrimonios homosexuales, la participación de la mujer y
el castigo a los pederastas que visten sotana.
Evaristo Torres Olivas
Pobre rodeado de espíritus santos
No hay comentarios:
Publicar un comentario