Evaristo Torres Olivas
jueves, 31 de enero de 2013
El país de la trampa total (1)
El título de esta columna se lo he plagiado a Ángel
Cristóbal Montes quien, en un magnífico artículo de opinión en el Heraldo del
pasado 26 de enero, hace una radiografía precisa (tal vez habría que hablar de
un TAC) de este “país de la trampa total, del fraude omnipresente y del engaño
sistemático y general “. Tan bueno me
parece el artículo que lo he recortado y lo tengo enmarcado en una estantería
en mi escritorio. También lo he escaneado para que lo lean los visitantes de
este blog. Y me va a servir para escribir una serie de columnas sobre el
comportamiento pícaro que llevamos los españoles incrustado en los genes.
Porque la corrupción no es solo asunto de políticos, banqueros y empresarios
sino que cada uno trinca en función la longitud de su brazo, de la distancia
que lo separa del saco de las perras y de lo lleno que esté. Para que esto no
se quede en una disertación teórica, les pondré un ejemplo que todos ustedes
podrán reconocer. El fontanero que cambia una pieza que no es necesario cambiar
y que a él le cuesta un 40 por ciento menos
de lo que te cobra a ti, además de que tarda 40 minutos en cambiarla y
te factura tres horas de mano de obra. El mismo que te vende una estufa de
pellets y te jura por sus hijos que con el descuento que te hace, él pierde
dinero y, como no te fías, acudes a la tienda del polígono donde él la ha
comprado y, sin conocerte de nada, ni hacerte ningún descuento, la misma estufa
te cuesta 100 euros menos. El mismo que te instala cinco tubos de la chimenea y
te factura ocho o que el mismo día que viene a tu pueblo va a dos casas más y a
todos nos cobra el desplazamiento desde Teruel. El mismo que además de timarte
en los materiales y en las horas, te pide que una parte se la pagues con
factura y otra sin factura. El mismo
pícaro que cuando le descubres y le recriminas su comportamiento, en lugar de
sonrojarse y pedirte disculpas, te amenaza con desmontarlo todo y llevárselo.
Este ejemplo no es inventado. Me ha ocurrido a mí recientemente. Y ese
comportamiento no es solo de los fontaneros sino que sucede lo mismo con un
electricista, un albañil o un pintor. Esos que después de haberte timado, te
los encuentras en la barra del bar, con el palillo en la comisura de los labios
y te pagan la cerveza. En todas partes hay chorizos; el problema es que nuestro
porcentaje de chorizos es cinco veces mayor que en otras partes.
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A samugazos
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1 comentario:
...Esos que te encuentras en el bar y lugares varios que te hablan de la corrupción política, del desaguisado de las cajas y etc. etc. La inmoralidad siempre es de los otros nunca propia.
Además,está claro ya, tenemos un sistema político partitocrático que se ha apoderado de todos los poderes del Estado empezando por un poder clave como es la Justicia. Y una plutocracia que utiliza a su antojo a esos mismos partidos que le gestionan sus intereses.
Así la mayoría de la población está atrapada entre sinverguenzas de todo tipo y pelaje.
ARB
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