“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 1 de febrero de 2013

El país de la trampa total (2)

Si ayer nos referíamos al pícaro de la fontanería, hoy hablaremos de otro tipo de golfo hispano: el aparentemente culto y refinado. Y progre. Carlos Mulas. Un JAP (joven, apuesto y con perras).  Profesor universitario, asesor del FMI, director de la Fundación Ideas, del PSOE. Y chulo: su página web está llena de fotos con dirigentes nacionales e internacionales, para tirarse el pegote. Y chorizo. Le parecía poco lo que cobraba con todas sus actividades legales, que se creó una fuente fraudulenta de ingresos adicionales. Se inventó una columnista famosa, Amy Martin, que era él mismo, y le pagaba (se pagaba a sí mismo) tres mil euros por columna. Y cuando le pillan, al igual que el fontanero de ayer, no solamente no se sonroja y pide perdón, sino que se monta una historia increíble: que la Amy Martin no es él sino el alter ego de su esposa novelista, de la que dice estar separado, y que él no sabía que ella era la que se hacía pasar por otra. Y la ex hace pública una carta en la que confirma que ella es Amy y que su ex es un tío listo y honrado, incapaz de robarle ni siquiera una púa a un erizo. Tres mil euros por columna, un precio que no le pagan ni al mejor columnista del diario de mayor prestigio y tirada del mundo.  En fin, la chapuza hispana, la picaresca de toda la vida, el robar a manos llenas para después chulearse en el bar del pueblo o en la cafetería de postín, y decirle a la persona detrás de la barra: ¡Camarero!, no les cobre nada a los señores, esta ronda la pago yo. Y es que en este país no valoramos ni el trabajo bien hecho, ni el esfuerzo ni la honestidad. Admiramos a quien en dos días se forra, a quien no paga impuestos, a quien coloca a sus parientes en las instituciones públicas, al que de la noche a la mañana aparece con un Mercedes nuevo en la puerta del baile y al hijo de la María y el Remigio, que parecía medio tonto, sin estudios ni nada y desde que se metió en política menudo chalé se ha hecho. Este es un país con el mayor número de estraperlistas, sisadores, trincones, largos de mano y ladrones por metro cuadrado. Si el psiquiatra franquista y nazi, Antonio Vallejo-Nájera, creía en la existencia del “gen rojo” que producía la enfermedad llamada marxismo, tal vez también abunde entre los españoles el gen del mangante, que produce enfermedades como la que sufre don Carlos Mulas.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Trallero dijo...

Irene Zoe Alameda, alias Amy Martin, ejemplo de persona de vida disipada, que se mueve en los ambientes modernos y cultos de la progresía, eso sí, a costa de los impuestos de todos, sin que veamos el supuesto el mérito que pueda tener para que se le favorezca de esta manera:

- Cineasta, recibió subvenciones por un corto, pagado por el PSOE a través de su Fundación.
- Directora del Instituto Cervantes de Estocolmo, gracias a Dios, la Cafarell la cesó enseguida.
- Investigadora del C.S.I.C., (contratada temporal).
- Miembro de un grupo musical que se va a N.Y. a rodar un videoclip que paga el PSOE, a través de su fundación.

También, hay que reconocer que posee algún mérito; su faceta como traductora del inglés de varios libros de literatura.

Estoy seguro de que se ha quejado de los recortes que ha habido en Cultura con el gobierno de Rajoy.