“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 7 de enero de 2013

Atraco

Voy poco a los bancos. Se me revuelven las tripas. La semana pasada fui y me cabreé.Y discutí. No con el dueño del banco; ni siquiera con el director. Con un pobre empleado. Y ya lo siento. Pero me jode que un empleado, un asalariado, defienda lo indefendible. Les cuento. En mi cartilla me cargan 27 euros por el concepto de mantenimiento. Pregunto. Me contesta la empleada: ese dinero lo paga por tener una cartilla. Por tener una cartilla me tienen que pagar ustedes a mí, le respondo. Se lo cobramos a todo el mundo, salvo a los que tienen domiciliada la nómina, argumenta la empleada fiel. A mí me importa un huevo que se lo cobren a todo el mundo; lo que quiero saber es qué recibo a cambio de los 27 euros, insisto. Como no me sabe responder, le pido que llame a la persona que dirige el garito. No está, me contesta. Volveré otro día, amenazo. El negocio de los putos bancos no consiste solamente en dar un dos por ciento de interés por nuestro dinero, cuando dan algo, y cobrar el siete cuando lo presta, sino que también consiste en sisar 27 euros (lo escribo en números para que se aprecie mejor) de cuota por tener el  privilegio de que nos admitan como socios(o primos) de tan prestigioso club, y en cobrarnos comisiones por todo. Y todo muy legal, claro, que para eso tienen sus lobbies y sus políticos amigos para presionar y legislar a su favor. Pero lo que más fastidia es que un asalariado de un banco,  que en cualquier momento le hacen un ERE o lo mandan a su casa con una mano delante y otra detrás, se ponga en plan Botín delante de un cliente para defender e intentar justificar lo que no tiene ni defensa ni justificación. Y es que hay gente a la que el “sistema” les ha comido el tarro y se comportan como focas amaestradas. Porque si despreciable es el hijo de puta (o la hija de puto) empleado de un banco que a cambio de una comisión es capaz de engañar a unos pobres jubilados para que compren participaciones preferentes, también lo es el imbécil que a cambio de nada se pone a ladrar para defender a un amo que a la mínima ocasión lo abandona en una gasolinera o en la puerta de la oficina de empleo(o de paro) más cercana.

Evaristo Torres Olivas

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, señor.
El lameculos por interés o el lameculos convencido (que no se qué es peor) dan muchísimo asco.
En muchas empresas siempre encuentras al que está agradecido por trabajar y piensa que hay que apoyar al jefe y los intereses de la empresa por encima, incluso, del bienestar de los suyos.

A una persona familiar mía le han pasado cosas parecidas en oficinas bancarias turolenses.
De ser los más amables del mundo y darte conversación y mil saludos a, previo retiro de un depósito, llegar al día siguiente y decir con voz fría "espere ahí su turno".

Y es que gilipollas hay en todas partes.

Teruelandia dijo...

Además de denunciar esos abusos hay que citar el nombre de esos bancos o cajas de ahorros. Personalmente estoy muy quejoso de LA CAIXA y CATALUNYA CAIXA...

Pablo dijo...

Pues sí, cobran por no dar servicio. Porque en la mayoría de pueblos apenas hay cajeros automáticos.

La única alternativa que hay es o cerrar la cuenta en ese banco o reclamarla encabronadamente para que te la devuelvan (que lo pueden hacer).

Anónimo dijo...

Teruelandia, si tratáramos otro tema te daría la razón de que hay que publicar los nombres, en este te da igual: pongamos todos y terminamos antes.
Porque lo peor de todo esto es que nos hemos acomodado a tener el dinero en el banco, y eso supone que el banco x que hoy me jode a mi, es al que te cambias tú, molesto con el banco y, por sus trapalas.
Con lo cual, vaya cambiando la gente o no de entidad usurera siempre tienen nuestro dinero en sus manos. Cambiar de cabrones no vale de nada, al menos, en general.

Está claro que puntualmente puede ser interesante; así como los casos en que sean tan flagrantes los atropellos de una entidad determinada que haya que sacar rápido el dinero de ella (si te dejan).

Lo principal es que deberíamos cambiar de hábitos.
No sé si la solución (temporal) es la banca ética o parte de ella; quizá no sea bueno que se generalice tener el dinero en casa; no sé qué puede ser más idóneo, pero algo hay que hacer.

Anónimo dijo...

El refranero de nuestros abuelos lo tenía claro:
De molinero cambiarás, pero de ladrón no escaparás.

Ahora podemos sustituir molinero por banco,político, dentista,fontanero,abogado, notario.....u otras profesiones liberales y nos sirve el refrán.