“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 6 de diciembre de 2012

Radicalismo reformista

Hace unos días los socialistas obreros españoles se reunieron para celebrar los treinta años desde que Felipe González formara su primer Gobierno. Se dijeron muchas cosas y muy “de izquierdas”. Cualquiera que ignorara que el PSOE ha gobernado durante la mayoría del periodo democrático, escuchando lo que se dijo en esa reunión, creería que el PSOE es lo que necesita España para salir del agujero. Y ya tienen eslogan para los próximos años. Lo pronunció Rubalcaba y se lo escuché en la radio a la moderadora del la reunión, María González, que no es la hija de Felipe, aunque se llame igual, sino la secretaria federal de Redes e Innovación. Radicalismo reformista. Esas son las palabras clave del eslogan. “Avanzar en el radicalismo reformista que no supone partir de cero” fueron las palabras textuales de don Alfredo. También hablaron de que “es preciso hacer cambios en el  sistema electoral”.  Añadió Felipe que él apuesta “por listas abiertas que impidan que el partido pierda tiempo en luchas internas por entrar en el Parlamento”.  Todo lo que niegan cuando mandan, lo afirman  cuando están en el pozo, como es el caso del PSOE. ¡Menudo radicalismo reformista el de los ocho años  de Zapatero! Los socialistas no son los culpables de la crisis, por supuesto, ya nos lo han repetido ellos muchas veces: la culpa es de las subprime y del chachachá; pero sí son los responsables de no haber sabido paliar sus efectos y de haber perjudicado a los que figuran en sus siglas, los trabajadores. Y en cuanto a la modificación de la Ley electoral, otro ejemplo de radicalismo reformista, tiempo han tenido de reformarla y no lo han hecho. O la Ley hipotecaria. También una ley de transparencia. Y mil ejemplos más de lo que pudo haber sido y nunca fue. Y ahora, los González, Rubalcaba y compañía, es decir los mismos de siempre, quieren hacernos creer que lo que no cumplieron en el pasado lo van a cumplir en el futuro. Tal vez empiece a creerme algo si en las próximas elecciones, en Teruel no aparecen en las listas los de siempre, los velascos, guillenes, larredes y arrufates, esos que elección tras elección, como dice Felipe González, se dan de hostias por aparecer en las listas y seguir cobrando del erario durante  otro cuatrienio. A esa tropa el radicalismo reformista les importa una mierda.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin empezar de cero, Sr. Torres, sin empezar de cero, y por supuesto, nosotros, los socialistasobreros democráticoprofundos y "de izquierdas", decidimos a quién y dónde aplicar el R que R.

Anónimo dijo...

La verdad es que tiene que ser jodido inventarse una mierda nueva cada vez y aprenderla bien para ponerse a venderla.
A los que llevan ya muchos años les hará gracia ver como las promesas se hacen cíclicas cada x años, aunque cambien los lemas y el lenguaje no sea sólo vacío sino también cada vez más enrevesado.

En fin, algún día ingresarán en el estercolero de la Historia, aunque no creo que asistamos a ello.