La burra de Belén

En el portal Belén no había ni ovejas, ni bueyes, ni burra. Y si no había burra, no había chocolatillo, rin, rin, ni molinillo ni anafe (he tenido que consultar el diccionario para saber que un anafe es un hornillo). Lo ha dicho Benedicto. Ratzinger. Siento mucho contradecir al Papa pero lo contradigo. Vamos a ver, si Jesús nació  en un pesebre, quiere decir que lo hizo en un establo y en un establo hay bueyes y mulas y burros. Aunque no lo cuenten las Escrituras. Por pura lógica. Cuando yo nací, se nacía en casa; nada de hospitales ni mandangas. En los pueblos, al lado de las habitaciones estaban las cuadras y en las cuadras había pesebres para las vacas, los burros y los mulos. Y también estaba cerca la corte con los cochinos. Así que en Belén, dos mil años antes, habría lo mismo, excepto cerdos, que los judíos no lo comen. Lo digan las Escrituras o no lo digan. Lo que es difícil de digerir es la concepción “por obra y gracia del Espíritu Santo” y la Resurrección del Sepulcro. Sin embargo, don Joseph Ratzinger lo ve de una lógica aplastante. Y lo justifica diciendo que si Dios sólo pudiera intervenir en la esfera espiritual y no en la material, entonces no sería Dios. Cierto. Dios es omnipotente, omnisciente y no me acuerdo de otros atributos que tiene, que son muchos. Lo que a mí no me cuadra es que teniendo esos poderes, no los aplique a cosas mucho más útiles como  sería impedir que se murieran los niños de hambre, erradicar las enfermedades, hacer que las pistolas solamente dispararan agua o que Díaz Ferrán fuera un ciudadano ejemplar.  Pero no, se dedica a nacer inseminado por sí mismo y a resucitarse, lo que es una contradicción puesto que si es inmortal y eterno, quiere decir que no tiene principio ni fin. Claro que también es una contradicción que se diga que Dios lo creó todo de la nada. Si estaba él (o Él) ya no era la nada sino algo, a no ser que él (o Él) se considere nada. Dios creó el mundo de sí mismo, de la nada. Luego Dios y nada son lo mismo. Como ven, un lío muy gordo y eso que no me he metido con las apariciones marianas a unos pastorcillos en mitad del campo, en lugar de hacerlo en la plaza Mayor de los pueblos, el día de la patrona y justo antes de que comience el baile, cuando la afluencia es máxima.

Evaristo Torres Olivas