“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 20 de noviembre de 2012

Tres, seis, tres

La actividad bancaria es necesaria. Debería  consistir en recoger el dinero de los ahorradores, pagando un interés, y entregárselo a los inversores cobrándoles un interés superior. La diferencia entre el interés cobrado y el pagado es la retribución del banquero por su trabajo y la de  sus empleados y por el riesgo, y por la mesa, el bolígrafo y la libreta donde se llevan las cuentas. El primer problema surge con la cuantía de esa gratificación. Si el banquero paga una mierda de interés al ahorrador y le cobra un huevo al inversor, ya no es banquero sino usurero.  Circula por ahí una regla, o un chiste, que define al antiguo banquero como un 3-6-3, una persona que lleva una vida cómoda pagando un tres por ciento de interés, cobrando el seis y yéndose a jugar al golf a las tres. Cuesta entender por qué esa actividad deba ejercerse por el sector privado y no por el Estado, que al igual que tiene el monopolio de la emisión de monedas y billetes, debería tener el control de los préstamos entre los ciudadanos. Pero dejemos ese asunto para otro día. Nos conformaríamos con que el banquero se limitara a recoger y prestar nuestro dinero a empresarios que se dedican a la economía productiva. Y que pagara impuestos por todos los beneficios obtenidos en esa actividad. Pero no es así. Los bancos hace tiempo que han dejado de dedicarse a financiar la economía productiva y se han lanzado a la especulativa, que no produce ningún bien para la sociedad sino solamente beneficios para los banqueros. Ya no les merece la pena perder tiempo para ganar un miserable tres por ciento, si con imaginación y dos golpes a una tecla de ordenador pueden ganar millones en segundos. Especulan con divisas, con futuros, envuelven mierda en paquetes atractivos con  nombres bonitos e inundan los mercados financieros. Hunden familias, empresas y países a golpe de ratón.  Apenas pagan impuestos, crean paraísos fiscales, administran fortunas de dictadores y mafiosos. Y obligan a los estados a que privaticen las pensiones, la sanidad, abaraten el despido, para que los estados dediquen el dinero que recaudan a dárselo a los bancos para que, dicen, no se colapse el sistema. Y el Banco Central Europeo le presta a los bancos dinero al uno por ciento para que estos se los presten a los estados al 7 por ciento. ¿Por qué? Porque lo dice la prima de riesgo, una hija de la gran puta, si me permiten la expresión, y porque el BCE no es un banco central europeo sino un banco central alemán.

Evaristo Torres Olivas
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa coma detrás de "Banco Central Europeo" sobra.

Eto dijo...

Ya lo he corregido. Gracias.

Anónimo dijo...

Un banquero es siempre un parásito.

Hay que repartir el trabajo entre toda persona capaz y dar a cada cual según su necesidad, tomando las decisiones entre toda persona.

Un banquero ni produce ni da servicio, igual que un policía, un juez, un político o un publicista, p. ej.

Privilegios para nadie.