Evaristo Torres Olivas
viernes, 16 de noviembre de 2012
Fosos y cocodrilos
Un año lleva el PP gobernando en gran parte de España: Gobierno central, gobiernos autonómicos, provinciales, comarcales y municipales
y cada día vamos a peor. Si es cierto que algunos ministros de Zp, como Leire
Pajín, Bibiana Aído, o el mismo Zapatero, en muchas ocasiones, daban grima, los Wert, de Cospedal, o Báñez,
a mí me dan miedo. Me acojonan. En tales
circunstancias, debería alegrarme cada vez que el PSOE se enfrenta al PP en los
parlamentos o en las instituciones. También debería alegrarme de ver en las
manifestaciones a los socialistas obreros españoles. Sin embargo, no es así: se
me revuelve el estómago tanto en un caso como en el otro. Es el inconveniente de tener memoria. Lo
mismos, y con los mismos collares, que ahora despotrican contra el PP, con
razón, son los que hace apenas un año gobernaban y no supieron resolver los
asuntos que ahora quieren que arreglen los de Génova. En todas las encuestas y
en todas las elecciones, a pesar de la gestión desastrosa de Rajoy y su cohorte
o corte de dirigentes, el PSOE se hunde en el fango. Hay una regla que los
socialistas no quieren entender ni cumplir: quien ha sido parte del problema no
puede ser parte de la solución. Un pirómano no puede ser bombero ni un ladrón,
policía. No es posible subir de nuevo a Primera con los mismos jugadores y
entrenador que bajaron al equipo a
Segunda. Si creen que cambiando a Rubalcaba por Chacón o por Patxi López se
soluciona todo, lo único que conseguirán es estrellarse de nuevo. El PSOE
necesita una completa renovación, tanto de personas como de métodos. Necesita
abrir puertas y ventanas, para que salgan todos los malos olores acumulados
durante años y entre aire fresco, limpio, perfumado. No es tarea fácil,
especialmente en los sitios pequeños como Teruel, donde costará derribar el muro erigido por los
velascos, guillenes y arrufates. Un muro sólido, con foso, cocodrilos y arqueros en las aspilleras
dispuestos a acabar con los osados que pretendan hacerse con el control del
castillo. Y es que los estilos de mando y métodos de gestión de algunos
partidos se parecen mucho a los de los tiempos feudales.
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A samugazos
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4 comentarios:
Se qué no está muy acorde el enlace que te coloco en este comentario pero me parece una buena reflexión. Y eso que yo soy de huelga.......
http://www.huffingtonpost.es/fabio-gandara/repensar-las-huelgas_b_2132805.html?utm_hp_ref=spain&ncid=edlinkusaolp00000009
Si no lo ves apropiado, lo colocas en otro lugar, que seguro que la Manila de ayer te dará para mucho.....
De Guatemala a Guatapeor. A mi me pasa como a tí: desconfianza total y absoluta del ppsoe...y de CiU y de algunos más.Y por descontado de sus líderes: Rajoy, Rubalcaba, Mas y otros.
Se necesita algo más que parches y bla bla bla.
Necesitamos reformas profundas de nuestro sistema político y constitucional. Y que no nos vengan con el cuento de que es muy complicado y demás monsergas; cuando les interesó verdad que el ppsoe modificó la constitución, por el tema del déficit, con rapidez y consenso; solitos y a su aire. Luego nos venden la moto de la constitución sacrosanta e intocable.Las Constituciones deben evolucionar con el tiempo, no son eternas. Los paises con tradición democrática hacen modificaciones y adaptaciones. No hacer nada significa que los males que ahora afligen a la política española perduren.
ARB
El problema es que quienes tienen el poder de cambiarlo no quieren, como es evidente.
Y hay mucha gente detrás, en las filas de sus partidos, esperando a subir para pillar su cacho del pastel (y más ahora). Por tanto, esperar soluciones del tipo que sean que provengan de esta banda es como, para un creyente, morirse y pensar que irá al cielo... .
Lo que no se trabaja no se consigue, y para ello se requiere esfuerzo. El esfuerzo de todos por juntarnos para intentar ver qué es lo que queremos y ponernos a conseguirlo.
Personalmente, si hay que tirar abajo todo el orden actual, que es lo lógico para desinfectar y poder empezar de 0, se hace, pero siendo ambiciosos, para llegar a una sociedad cuya estructura fomente la igualdad entre personas, donde todos puedan decidir y exista un igual reparto de trabajo y riqueza.
Porque ponerse para caer en errores ya cometidos es condenar, al menos, a dos o tres generaciones posteriores.
Osá, que el Adriático y el Tirreno están hechos los dos de agua salá.
Amos, Evaristo, que un día destos vas a decubrir la pólvora.
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